La Semana Santa Yaqui, tradición de casi un milenio
Sobre la Carretera México 15 se establece uno de los ocho pueblos yaquis, la Loma de Guamúchil, donde desde hace más de 500 años conmemoran la Cuaresma y Semana Santa de una forma extraordinaria y aunque se acepta la presencia de los “yoris” en las distintas celebraciones, la toma y reproducción de fotografías está prohibida.
En el Estado de Sonora sólo los yaquis y los mayos celebran los 40 días completos de la Cuaresma, ya que no todas las etnias son católicas y las que lo son conmemoran sólo la Semana Mayor.
María Trinidad Ruiz Ruiz, coordinadora del Centro de Culturas Populares de Cajeme e investigadora Yaqui, expresó que este es uno de los periodos más importantes para los ocho pueblos y se divide en dos.
La primera parte a la que se le denomina “Fiesta de la Pasión” inicia el Miércoles de Ceniza y concluye el Domingo de Ramos, expuso, y la segunda que es la Semana Mayor o Semana Santa comienza ese mismo día y concluye con la víspera de la Resurrección o el Domingo de Gloria.
Este periodo extraordinario funciona como una especie de expiación de pecados, dijo, y participan todos los indígenas que adeudan su vida a Dios o quienes mantienen manda por tres años en caso de una enfermedad leve, o bien, fueron persignados por sus madres o abuelos desde niños para un cargo de por vida.
Durante los “seis viernes” que integran la Cuaresma se realizan “seis procesiones”, relató César Cota Tórtola, capitán del pueblo y cada una de ellas representa el recorrido que dio Jesús en su vida: Pasión, Muerte y Resurrección.
No solo fariseos
Aunque gran parte de los yoris relacionan en su totalidad a los fariseos con la celebración, Cota Tórtola aseguró que es sólo una parte de sus costumbres.
Los fariseos o chapayecas que se ven sobre las calles de Cajeme no son los de su pueblo, ya que éstos sólo permanecen en tierras yaquis y mantienen significativas diferencias visuales.
Los fariseos yaquis llevan siempre un Rosario en la boca que les evita el habla y que jamás pueden quitarse la máscara parados ni derechos, más bien deben hacerlo encorvados y después de persignarse.
Por el respeto a sus antepasados, a sus costumbres, tradiciones y familias, la toma de fotografías siempre estará prohibida, destacó, pues no es una gracia ser exhibidos al pagar la manda que los mantiene con vida.
Para que los mexicanos y hasta los extranjeros conozcan las tradiciones y costumbres que han realizado por más de 500 años, los invitaron a formar parte de ellas, con debido respeto en cualquiera de sus pueblos.
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