Época de paisajes dorados
En esta temporada, la ciudad invita a caminar, pedalear y explorar con calma.

Con la llegada del otoño, Phoenix ofrece un clima más suave y una paleta de colores ideal para explorar al aire libre.
Las mañanas y atardeceres se prestan para salir de paseo por senderos del desierto, subir colinas moderadas o descubrir miradores. Caminar entre cactos y formaciones rocosas, con luces doradas, hace que la experiencia sea muy distinta respecto al calor extremo del verano.
Pasear en bicicleta también resulta muy grato. Rutas urbanas o de montaña permiten admirar el paisaje otoñal del desierto y detenerse en zonas de vegetación, ideales para un picnic.
Otra opción relajada es recorrer senderos al caer la tarde, cuando la luz es más suave, o hacer caminatas nocturnas guiadas bajo luna llena.
Al natural
Para quienes disfrutan de observar la naturaleza, es temporada propicia para el avistamiento de aves migratorias y flores silvestres resistentes al calor residual del verano.
Los jardines de flora desértica, con sus cactáceas y especies nativas, revelan encantos cuando bajan las temperaturas y florecen tonos nuevos.
De ciudad en ciudad, los barrios artísticos al aire libre invitan a descubrir murales, caminar entre galerías, disfrutar arte urbano o paseos con paradas fotográficas. Las zonas céntricas y barrios alternativos ofrecen rutas peatonales para admirar arquitectura moderna y ambientes vibrantes.
Al caer la noche, sumarse a recorridos con música local al aire libre o ferias culturales espontáneas es una excelente forma de empaparse del espíritu local.
Si prefieres días de descanso, puedes planear escapadas cortas hacia las montañas cercanas o por carreteras panorámicas: conducir entre valles, cañones y vistas del desierto transformado con tonos ocre y dorado hace que el trayecto sea tan cautivador como el destino.
También es buen momento para hacer senderismo ligero en altitudes mayores, donde el aire es más fresco y las vistas se amplían.
Durante el día, detenerte en miradores estratégicos para ver la ciudad extendida bajo el cielo cambiante del otoño, o buscar pequeños rincones naturales urbanos, parques, reservas locales o senderos dentro de la mancha metropolitana, aporta momentos de pausa y conexión.
Así, el otoño en Phoenix es ideal para activar el cuerpo sin la exigencia del calor, descubrir la ciudad a pie o en bici, sumergirse en la naturaleza del desierto con calma, dejarse llevar por arte urbano al aire libre y explorar rutas panorámicas que muestran paisajes teñidos por la temporada.
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