Eduardo Ruiz-Healy

“No mentir, no robar, no traicionar al pueblo.” Andrés Manuel López Obrador repitió esta frase hasta el cansancio durante su sexenio.

En México, el panorama no mejora. El Banco Mundial recortó su pronóstico de crecimiento para 2025 a un raquítico 0.2%.

El mensaje político desde Washington es cada vez más duro y ayer la fiscal general de EE.UU, Pam Bondi, declaró que “Rusia, China y México son enemigos de EE.UU”.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció ayer sanciones contra dos bancos y una casa de bolsa por su presunta participación en esquemas de lavado de dinero vinculados al tráfico de fentanilo.

Quienes insisten en bajar más la tasa dicen que eso reactivará la economía. Se equivocan...

Lo que ha ocurrido desde el sábado pasado ha configurado un escenario que oscila entre lo surrealista y lo peligroso.

Desde el sábado, la especulación se ha disparado: Algunos expertos afirman que no habrá una guerra regional en Medio Oriente; otros aseguran que es inevitable.

El juez no decide, obedece. Y como bien advirtió la ONU, “la prisión preventiva obligatoria no cumple con los estándares internacionales de derechos humanos”.

Todo indica que la relación entre México y la UE se está fortaleciendo.

Los datos contradicen el discurso oficial sobre la baja de homicidios dolosos. La violencia no distingue geografía ni partido.

La presidenta Claudia Sheinbaum debuta como invitada, sin voto ni poder de decisión, pero con el objetivo de defender los intereses mexicanos en comercio y migración.

Lo que hoy ocurre en Medio Oriente es una crisis militar y nueva amenaza económica que, como siempre, pagarán los más vulnerables...

...el reportaje no debe aceptarse como verdad confirmada, pero tampoco descartarse por completo.

Durante los últimos años, México ha sido uno de los principales ganadores del conflicto comercial entre EE.UU y China.

El diferendo entre Noem y la Presidenta -leve en lo formal pero simbólicamente importante- expone las fragilidades del momento bilateral.