Joaquín Robles Linares N

Al inicio de su vida pública la Marina se vio afectada por el ridículo hasta modificar el criterio de selección de sus mandos, actualmente vive una lamentable tragedia, la Marina Armada de México la transformaron en una institución castigada por la corrupción ante su cuestionable papel en la seguridad y puertos del País.

El oficialismo no comprende que al no reparar en el consenso político su dimensión nacional disminuye, un poder desmesurado que lo usa exclusivamente para hostigar, castigar y nunca solucionar.

Esta administración acumulará pronto más años que éxitos, sumando el desabasto de medicamentos al colapso de la infraestructura hospitalaria junto al derrumbe educativo, un infortunio de catastróficas consecuencias.

La Presidenta fue cuestionada sobre el tema exhibiendo ignorancia sobre la materia y la región, aduciendo que todo se resolverá con una consulta y que los problemas políticos se generan en Hermosillo.

No es distracción, es el comportamiento sistemático de regímenes que persiguen anular las voces críticas y acallar a quienes no comulgan con una tiranía destructiva.

¿Qué propondrán en el futuro cuando la realidad los someta? Despojarnos de la ciudadanía, a eso aspiran.

Esta administración no pierde su impulso destructivo.

La mandataria acude solícita a la defensa de una organización delictiva, mientras los hospitales están desabastecidos, Sinaloa se encuentra en llamas, la infraestructura nacional colapsa, la Marina y Defensa naufragan por la corrupción y un siniestro rosario de fatalidades se manifiestan.

La aseveración es insistente: “En México ya no hay corrupción”. Sin embargo, la realidad avanza por otra vía, la tortuosa ruta de las evidencias.

Lo que vimos recientemente no es trivial, una representación donde los integrantes de la Suprema Corte se suman a un acto teatral usando un dios mesoamericano...

La polarización incitada desde la Presidencia de la República procura la división, confirmando que el interés es la permanencia de los conflictos...

México padece una enfermedad devastadora: El cinismo.

El caso de Israel Vallarta está plagado de irregularidades, no hay conclusión sobre su culpabilidad o inocencia.

La debacle será la educación y el responsable es un secretario sin antecedente profesional en la materia, quien se caracteriza por su oportunismo y frivolidad.

En nuestro país estamos viviendo una ofensiva represora como forma de acallar las inconformidades u opiniones.