Osiris, la mujer que cosió su destino entre hilos, colores y disfraces
Entre agujas y telas, una mujer convierte su jubilación en una historia de creatividad y pasión por los disfraces.

San Luis Río Colorado, Sonora. – A sus 74 años, Osiris Teresa Magallón Ramírez conserva la energía de quien ha encontrado su propósito en la vida. Desde hace más de 25 años se dedica a la venta, renta y confección de disfraces, un oficio que nunca planeó, pero que la ha acompañado por más de dos décadas y la ha hecho conocida entre generaciones sanluisinas.
Su historia comenzó en casa, casi sin darse cuenta. “Cuando me jubilé, empecé haciéndole ropa a mi hija. Le cosía vestiditos, trajes… y de pronto, mis conocidos me pedían: ‘hazme uno a mí’. Así empecé, y sin saber cómo, se me llenó el cuarto de disfraces”, recuerda.

Antes de eso, Osiris trabajó 20 años en la Federal de Hacienda y en el Banco del Ejército, sin imaginar que su retiro la llevaría a descubrir un nuevo talento. “Jamás pensé que iba a ser costurera, nunca lo imaginé. Pero me fue gustando, y cuando vi, ya tenía cientos de trajes”, dice con orgullo.
Hoy calcula tener entre 500 y 600 disfraces que van desde personajes históricos como Allende, Aldama y Vicente Guerrero, hasta Santa Claus, princesas y catrinas, sus más solicitados durante las temporadas festivas. “Ahorita, por ejemplo, se rentan mucho los trajes de catrina y los sombreros con flores y velo. También tengo diademas y adornos hechos a mano, porque a mí me gusta que todo lleve su toque bonito”, comenta.
La temporada fuerte, explica, comienza en septiembre con los actos cívicos y se prolonga hasta diciembre. Pero no todo ha sido sencillo. “Antes tenía trabajadoras que duraban años, ahora casi nadie quiere trabajar. Si tuviera un buen equipo seguiría más tiempo, pero sola ya no puedo”, confiesa con serenidad.
Aun así, su compromiso con los clientes sigue intacto:
Nunca alguien se ha quedado sin participar porque yo no le entregué su traje. Si hace falta un botón, yo misma lo llevo hasta su casa”, asegura con firmeza.
Ahora, Osiris prepara su retiro definitivo, vendiendo muchos de sus trajes para dar paso a nuevas generaciones. “Les digo que me voy como Lupita D’Alessio: poco a poco, pero me voy. Quiero dar oportunidad a quienes empiezan. Me voy contenta, porque este trabajo me mantuvo viva, activa y feliz”.
Entre agujas, hilos y retazos, Osiris no solo ha confeccionado disfraces: ha tejido una vida llena de creatividad, entrega y amor. Y aunque planea colgar las tijeras, su legado seguirá presente en cada sonrisa que despierte uno de sus trajes.
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