Más que un pan, una tradición

Mexicali, BC.- El Día de Muertos, entre sus tantas tradiciones y costumbres, tiene una que llena la panza y nunca falta en ninguna ofrenda: el pan de muerto.

Y es que esta comida dulce es más emblemática de lo que se saborea, la forma, decoración y recuerdos que lo rodean es lo que lo mantiene como un ícono de la cultura del día de muertos.

¿Cómo se vive la tradición en las panaderías?

Abel Anguiano, quien es encargado de una panadería, tiene más de 18 años laborando en este oficio que empezó como una tradición familiar.

México

El Día de Muertos generará una derrama récord de 49,500 mdp en 2025, según Concanaco; la venta de cempasúchil, pan de muerto, disfraces y turismo impulsa a miles de negocios en México

Reconoció que le gusta la historia y origen que tiene el pan de muerto, donde destacó los valores nacionales que se fomentan.

Sí, es muy satisfactorio, sobre todo que los clientes vengan, lo busquen, que también los niños vayan siguiendo la tradición que nuestros padres nos han dejado, padres, abuelos, y pues la verdad es muy satisfactorio que nosotros podamos contribuir un poco con esto.”, expresó don Abel.

Además agregó sobre el orgullo que siente por cooperar con las costumbres nacionales.

Su preparación

Abel comentó que anticiparse a la temporada es muy importante, ya que las ventas y preparaciones del pan son más duras, porque el frío y la festividad mexicana van de la mano a que se antoje más esta comida.

Declaró que “desde un tiempo atrás, por decir de estas fechas, ya se está elaborando el pan de muertos. Ya también nosotros ya iniciando a elaborarlo y que la gente vaya viendo que ya se acercan las fechas.”

La comunidad

Antes de ser encargado, recuerda sus primeros pasos en el oficio a un lado de sus padres cuando mira a los empleados laborar con el icónico pan, pues de niño estaba en ese lugar

Hay momentos que recuerdo de esta tradición, pues desde pequeño he estado a la mano aquí del negocio con mis padres, entonces siempre vienen los recuerdos bastante bonitos”, recordó don Abel.