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Entre el calor extremo y el deber: 17 años limpiando las calles de Mexicali

Eduardo Efraín Lora Hernández y su equipo se han expuesto al calor extremo.

Entre el calor extremo y el deber: 17 años limpiando las calles de Mexicali

Mexicali,B.C.- En una mañana extremadamente calurosa, cuando el reloj marca las 09:00 horas, Eduardo enciende el camión recolector de basura mientras su equipo llena iglúes con agua y bastante hielo, sabiendo que esto no será suficiente, para así iniciar una jornada más.

Desde hace 17 años, Eduardo Efraín Lora Hernández trabaja como recolector de basura, una labor que rara vez se detiene, que conlleva riesgos y que, muchas veces, pasa desapercibida: la recolección de basura.

Entre risas, acuden a su ruta diaria, donde algunos ciudadanos los esperan impacientes, no solo para dejar su basura, sino también para darles soda o agua, pues el sol quema y el olor de los desechos se intensifica con el paso de los minutos.

Javier Gallegos

Mientras conduce la unidad, Eduardo recuerda que desde los 18 años su padre solía llevarlo a su trabajo, donde aprendió el oficio y lo convirtió en parte de su vida.

En una ciudad donde el sol quema la piel desde las 08:00 horas y la humedad es sofocante, Eduardo y sus compañeros buscan ganarle al tiempo y así evitar el calor tan intenso que, en ocasiones, logra afectarlos.

El camión no se detiene; ellos corren en busca de agilizar el trabajo, ese que alguien debe hacer, a pesar de los olores, los riesgos, los perros callejeros y el calor, pues como dice Eduardo, alguien lo tiene que hacer.

Javier Gallegos

“Llueva, truene o haga calor, nosotros no paramos. Aquí estamos, siempre al pie del cañón, como debe ser”, asegura con firmeza y dedicación.

Eduardo sobre el camión y sus dos compañeros recolectando la basura; así es como pasan sus mañanas, mientras buscan evitar cortarse con vidrios rotos, pincharse con jeringas, botes de aceite y otros desechos no adecuados que las personas dejan en sus bolsas de basura.

“Estar echando botes es muy difícil, pero no imposible. El problema es cuando nos ponen cosas que pueden lastimarnos”, comenta.

Javier Gallegos

Tres horas, bastante agua y mucho esfuerzo; así se define una mañana para Eduardo, quien, a pesar de que el sudor cubre su rostro y se le nota cansado, al igual que a sus compañeros, sonríen y saludan a la gente, pues para ellos es una motivación más.

Siendo padre de dos pequeñas niñas y un recolector de segunda generación, admite que en ocasiones llega agotado, pues hay días donde el suelo arde y quema sus pies, casi como si las suelas de las botas fueran a derretirse, pero aún así ama su trabajo.

Eduardo asegura que, pase lo que pase, aunque Mexicali rompa récords de temperatura, él y su equipo seguirán saliendo todos los días con motivación y entrega, pero también con respeto a su mayor enemigo: el calor extremo que define a la ciudad.

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