Río Colorado se reencuentra con el mar

Desde 1998 no se había documentado la conexión del agua dulce con la del mar, a través del cauce natural del Río Colorado; ahora, las postales que genera el reencuentro, propiciaron una mayor armonía en la vida de los bosques, castores, incluso las personas.

El pasado 13 de mayo, la Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y los Estados Unidos (CILA), anunció la entrega de 43 millones de metros cúbicos al cauce natural del Río Colorado.

En menos de dos meses, ya se observan beneficios ambientales, relató el director de Sonoran Institute, Francisco Zamora Arroyo, dicha organización se encuentra en proceso de medir los efectos del flujo de agua.

Lo primero que se observa es que los flujos de agua dulce se están moviendo a lo largo del canal del río, a zonas donde antes no había agua, y que son de gran importancia para la vegetación y la vida silvestre, declaró Zamora.

REENCUENTRO

El agua del Río Colorado y la del Alto Golfo, se reunió nuevamente, esto implica que el estuario se ve alimentado por el agua dulce de manera natural, condiciones ideales para las especies de la zona.

“El agua siguió corriendo, aguas abajo, más o menos unos 35 a 40 kilómetros, y creo que fue a finales de junio que se encontraron el Río y el mar, no toda la gente lo puede ver porque es una zona de difícil acceso, pero sí lo ves desde un dron”, explicó.

“Nosotros lo identificamos en campo y con un dron, es muy significativo, porque queremos ver un Río vivo, y parte de eso es que en una parte del año se conecte con el mar”, declaró Zamora.

La fuente de agua del Río Colorado en su cauce natural, normalmente no existe, ante la falta de flujos, la última vez que se había dado fue en el año 2014, a través del acta 319, y ahora como parte del acta 323.

“Un flujo como este que va a durar hasta principio de octubre, son 160 días, no se había dado, de forma natural, desde 1998, a mi me tocó recorrer el río hasta el mar”, recordó el director de Sonoran Institute.

El cambio climático ha afectado la disponibilidad de agua en el Río, el poder reestablecer estos flujos de agua en México, tiene un beneficio en el hábitat ripario, o el hábitat ribereño, que son los bosques de sauce, álamo, y mezquite.

En la interacción con el mar, todavía espera analizar los datos para poder medir el impacto en el alto estuario, informó. “El que haya llegado el agua hasta allá, es muy positivo, tenemos un esquema de monitoreo”.

CASTORES

La población de castores aumentó considerablemente en un comparativo con el año 2016, debido a la mejora en las condiciones de su hábitat, que propician una mejor reproducción de la especie.

“Creo que resalta el castor, los castores, sabíamos que estaban ahí, están muy contentos porque andan por todos lados, son bastante visibles, normalmente es difícil verlos, pero ahora, tienen más río por donde nadar, en donde moverse y explorar”, describió.

Recordó que el castor es una especie en peligro y por ello protegida en México, que en años pasados era muy rara de ver, incluso se llegó a creer que ya no había en el Río del territorio mexicano.

“Desde hace diez años que se ha trabajado en la restauración, han empezado a regresar, este año, con los flujos están súper contentos y las familias de castores están creciendo, tienen un hábitat disponible y empieza a crecer la población”, informó.

APROPIACIÓN

Otro efecto de destinar agua al cauce natural del Río Colorado, es la apropiación de los espacios naturales, por las mismas familias interesadas en tener un momento de convivencia en armonía con la naturaleza, explicó.

“La población de la colonia Carranza que está a uno o dos kilómetros del Río, está viniendo los fines de semana, disfrutan el lugar, con la oportunidad de refrescarse con una caminada en el Río, van con sombras”, describió.

“El agua del vado Carranza, llegó prácticamente cinco días después de que se empezó a enviar el agua por el Río Colorado, sobre todo en el verano, pasan un momento agradable en convivencia con la familia”, comentó.

MEDICIONES

Estos flujos permiten cuantificar los volúmenes de agua necesarios para tener un río fluyendo, y precisar cuánto pueden crecer los bosques.

“Es lo que todos queremos ver, un río fluyendo, porque si algo fluye, es que está vivo, los flujos nos permitirán definir cuánta agua se necesita y mantener los bosques que ya existen y se podrá definir cuánto pueden crecer”, informó.

El director recomendó visitar la zona a través de una visita guiada con el fin de que pueda conocer las particularidades de la zona, para ello puede contactarse con Sonoran Institute, ya sea a través de su fanpage en Facebook, o su portal en Internet.