El Imparcial / Mexicali / Violencia contra la mujer

Acusa papá de maestra asesinada omisiones

Luego de darse a conocer la inocencia de quien estuvo acusado de matar a Alexandra Martínez Jaime, el papá de la víctima señaló que la FGE omitió notificarles la decisión del Tribunal Federal. 

Por meses, Manuel Martínez se vio inmerso de lleno en la investigación que realizó la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado tras el homicidio de su hija, la maestra mexicalense Alexandra Martínez Jaime, asesinada en el 2011.

A casi una década de lo ocurrido, don Manuel, a quien le quedaron secuelas de salud por el desgaste de aquel proceso, ve abiertas nuevamente las heridas y el duelo, pues el único imputado y sentenciado en su momento, el novio de su hija, fue liberado tras un amparo directo.

En la silenciosa sala de su casa, don Manuel contempla el retrato de su hija y por momentos se queda sin palabras, pues de la liberación del que hasta el pasado 14 de enero estaba en prisión, también representa la impunidad en el homicidio de Alexandra.

La herida le cala más, pues la Fiscalía General del Estado no le avisó sobre la determinación de los magistrados ni las acciones que tomarían para volver a abrir el caso o buscar nuevas líneas de investigación.

Él se enteró a través de un conocido, quien le mostró una circular de la Sección II del SNTE, donde le notifican a la madre del novio de su hija, que le entregarán una plaza en el Sistema Educativo como asistente de cocina.

“Pensamos ¿cómo? si está preso, pensamos muchas cosas cuando miramos eso, pero no que lo habían liberado”, comenta con un gesto de incredulidad que le invade el rostro.

Para don Manuel y su familia, no hay duda sobre quién asesinó a su hija, aunque lo hayan liberado por supuestos vicios de fondo en la investigación. Este nuevo giro en el caso vuelve a abrir las heridas que apenas habían cicatrizado.

Convencidos

“Fue difícil para nosotros pero tuvimos confianza en la fiscalía y cooperamos con lo que pudimos. Los resultados eran lentos, pero iban dando un camino qué seguir, el cual fue exitoso porque se logró comprobar quién fue el asesino de mi hija”, señala don Manuel.

También apunta a que las dudas legales sobre si fue o no un homicidio por parte de magistrados. “Sus restos se encontraron en un dren de aguas negras, dentro de una bolsa negra para basura, amarrada, en posición fetal, en el cuello un paliacate amarrado con circunferencia reducida que impedía que cualquiera pudiera respirar”, recuerda.

“Cuando supimos de su desaparición nos abocamos a buscarla por todo Mexicali, con lonas, volantes, en partes donde nos decían que podía estar, pero sin éxito. Luego su cuerpo fue encontrado en un dren. A partir de ahí se buscó al culpable del asesinato y los resultados de dichas investigaciones arrojaron un sospechoso que había sido declarado culpable”, añade.

“A lo que vimos del caso, yo estuve inmerso con la Fiscalía y todo iba dándose solo y nos decía quién era el culpable. Inclusive hay una prueba que se desestimó legalmente, una cadenita con un dije que tenía mi hija, regalo de su asesino”, dice.

“Ella siempre la traía y cuando aparecieron los restos no estaba la cadenita y la fiscalía lo pudo recuperar con otra pareja que tenía Roberto y a la cadena se le hicieron pruebas de ADN y me ratificaron que se trataba de la de Alexandra”, recuerda.

“Durante el juicio el acusado dijo que él había adquirido dos iguales, que les había regalado a cada una, pero la Fiscalía demostró que se trataba de la de mi hija. Se descartó la prueba, pero para nosotros dice mucho. El camino fue el correcto y el resultado de aquel juicio fue el correcto”.

Antes de que la desaparición y el homicidio ocurrieran, Roberto tuvo muy poca comunicación con su suegro. Don Manuel señala que las investigaciones arrojaron luz sobre las sospechas que tuvo cuando su hija fue reportada desaparecida.

“La poca comunicación que tuvimos con él, nos parecía normal, que era de Estados Unidos, que trabajaba allá, pero todo se vino a la basura con la investigación de la Fiscalía, eran mentiras lo que nos había contado, que era cocinero en el Ejército y que había ido a la guerra en Estados Unidos, pero la fiscalía comprobó que era mentira y eso nos da una idea del tipo de persona que era”, expresa.

Sin aviso

Don Manuel pensó que la sentencia de 27 años y 6 meses que purgaba Roberto había quedado firme, y aunque en los últimos años le notificaron sobre las resoluciones de los amparos o recursos que su defensa interponía, en esta última no fue así.

“La última notificación que recibimos fue el 2019 por un amparo que interpuso el imputado, nos dijeron que había un plazo para resolverlo y que si en ese plazo no se nos notificaba nada, es que no iba a proceder”.

“Entonces luego de un año de no tener notificación, pensamos que era caso cerrado (…) luego preguntando por aquí y por allá nos dimos cuenta de que estaba libre, y nosotros sin saber cómo, cuándo o por qué”.

“Son cosas que no se olvidan, es algo imposible de olvidar. El hecho de que se encuentre libre nos indigna porque no sabemos por qué está libre, es lo que más nos puede, el no saber”, comenta.

Desconfianza en la FGE

“La situación de la familia es de zozobra, de sospechas, de desinformación de parte de la Fiscalía, que a nuestro parecer no ha metido las manos en el caso, si no tenemos ninguna notificación, ¿por qué vamos a pensar que están abocados a resolver este caso?”

“Estoy esperando comunicación oficial, que nos informen que está libre por esto o aquello, vamos a hacer algo al respecto o no hay nada que hacer, vamos a reabrir la investigación, vamos a buscar otro culpable; nosotros no creemos que haya que buscar más en otro lado, sinceramente”.

“Es un caso impune porque el único acusado y sentenciado es Roberto. Al quedar libre es un caso sin resolver, en la impunidad (…) No nos han notificado nada, ni cómo se dio la libertad, por qué, si hicieron algo o intentaron hacer algo en su momento”.

“La (entonces) PGJE nos dijo que tenían un plan de acciones rápidas en caso de que sus amparos procedieran para impedir que obtuviera la libertad, para proseguir con la acusación y la investigación; es lo que nos dijeron cuando empezaron a llegar las notificaciones”.

“Ahora que sí lo hicieron, no hay nada de esa comunicación, de las acciones que iban a tomarse en un momento dado, entonces estamos en espera de que se comunique la fiscalía con nosotros, estamos sorprendidos, molestos y desprotegidos. Hasta con temor, porque si él está libre y cree que actuamos injustamente porque ahora la autoridad dice que no fue él, no sabemos basados en qué, que también pueda tener represalias contra la familia”.

“No estamos conformes con el actuar de la Fiscalía, creemos que deberían de estar a favor de las víctimas, pero parece que no les importa, igual este caso, o puede ser cualquiera en una situación similar, ellos están para protegernos a nosotros, a las víctimas de estos hechos y parece que no les importa, queremos que den la cara, que nos informen y saber qué es lo que podemos hacer”, concluye el padre de Alexandra.

En esta nota