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Calor extremo, sol y sudor: Nada detiene a Don Hermenegildo, un mecánico con espíritu de águila

Dedicación y compromiso, es lo que caracteriza al trabajo de Hermenegildo García Corona, de 48 años de edad, quien desde hace 30 años, convive entre herramientas y refacciones que lo han ayudado a construir un negocio, con calor de hogar.

Con un sentido visionario, el originario de Pénjamo, Guanajuato, supo desde temprana edad, que su vida giraría en torno al mundo automotriz.

“Yo desde que estaba en la Secundaria ya estaba motivado por la mecánica, ya sabía que me dedicaría a esto”, comentó. De esta forma y dejando atrás la tierra que lo vio nacer, Hermenegildo, invitado por su cuñado a trabajar con él en su taller, se aventuró a viajar hasta tierras cachanillas a la edad de 18 años, con la finalidad de buscar una mejor oportunidad de vida.

“Yo trabajé como empleado en su taller alrededor de 16 años, pero yo buscaba independizarme y tener lo propio”, mencionó. Agregó que adaptarse a las altas temperaturas mexicalenses no fue una tarea sencilla para él, pero que todo era cuestión de tiempo.

“Aún recuerdo cuando mi papá me dijo: No te vayas para Mexicali, hace mucho calor y yo dije ni modo, tengo que hacerlo y aquí sigo, aguantando estos 49° grados”, indicó sonriente.

Obtener su propio taller significó esfuerzo y sacrificio, pues expresó que desde que empezó a trabajar, se dedicó a ahorrar e ir adquiriendo su propia herramienta que lo ha ayudado a labrar su propio negocio.

“Estuvimos rentando 14 años un local, pero este que tenemos ahora se compró con el esfuerzo familiar, pues seguimos trabajando como familia”, expresó.

Don Hermenegildo lleva portando con orgullo la camiseta de los azulcremas por más de 40 años, pasión que se ve reflejada en las paredes de un taller donde el futbol forma parte de su vida. “Desde que tengo uso de razón soy americanista y mi taller da la casualidad que lleva las mismas letras del Club América, pues mi negocio se llama clínica de alineación”, explicó.

Ante a esto, reconoció que su “clínica de alineación” más que ser una fuente de ingreso, se ha convertido en su segundo hogar, pues en él colabora su familia día con día con la finalidad de ser un ejemplo de trabajo en equipo.

Tal es el caso de su joven hijo Raúl, quien a sus 14 años ha aprendido junto con él a realizar diversas tareas dentro del taller. “Es divertido trabajar con él, pues aprendes otras partes del carro y pues a mi me gustaría ser ingeniero mecánico”, mencionó.

Del mismo modo, don Hermenegildo manifestó sentirse en una nueva etapa, donde se encuentra contento de tener su propio negocio, un negocio que piensa seguir alimentando con la misma intensidad y esfuerzo que lo ha caracterizado a lo largo de su trayectoria como mecánico.

“Este negocio es para mi familia, para mis hijos, pues quiero dejarles un buen patrimonio el cual espero sepan aprovecharlo”, finalizó don Hermenegildo con una sonrisa.

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