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Su casa en Mexicali se quemó, bomberos de EU la ayudaron

Cecilia y sus hijas se encontraban platicando a la sombra de un viejo laurel junto con su familia, poco antes de que ella se fuera a trabajar a una maquiladora. Disfrutaban del viento que agració la zona de ese 25 de mayo pasado.

Eran las 2:10 de la tarde cuando se dieron cuenta del humo. Fue cuestión de segundos para que el fuego, iniciado aparentemente en unos chamizos, alcanzara su casa de madera y ladrillo, la cual comenzó a incendiarse.

El viento que segundos antes disfrutaban, ahora avivaba las llamas que consumían su hogar, ubicado en la colonia Fronteriza, a unos cuantos metros del nuevo cerco instalado en la frontera de Calexico, y al final de la ampliación de la avenida Colón, en la zona poniente de Mexicali.

Ese día, once personas se quedaron sin hogar, incluidos seis niños y la madre de Cecilia, una mujer de la tercera edad que sufre de hipertensión y de diabetes. Sus vidas cambiaron en minutos. Del interior, nada pudieron rescatar. Pero en medio de esta crisis, su familia reconoce el trabajo que realizaron los bomberos de Mexicali.

Fue hasta que vieron una fotografía viral en redes sociales de una manguera atravesando el cerco fronterizo ese día, cuando supieron que también los bomberos del Condado Imperial ayudaron durante el incendio en el que se perdieron sus dos casas.

Cecilia pasaba algo de tiempo con sus hijas Emily y Hillary, de 8 y 10 años de edad, antes de irse a trabajar a la empresa Furukawa. Ese día, recuerda, cubría el turno de la tarde. Con ellos estaba su mamá, su hermano, su cuñada y otros dos niños.

Su casa se encontraba a unos pasos de la frontera, cerca de una de las mojoneras y del nuevo cerco instalado en Calexico. Su dirección es sobre la colonia Aguascalientes, en el 740, de la colonia Fronteriza, en el cruce de la ampliación de la avenida Colón y la calzada Manuel Gómez Morín. En esta manzana viven otros familiares suyos desde hace muchos años, no recuerda cuántos, pero sí sabe que su abuela llegó desde joven a esa zona de la ciudad.

Los espacios abiertos de este lado, en contraste con el terreno estadounidense, están poblados por chamizos y arbustos. El viento registrado ese día y un fuego iniciado en estos arbustos resultaron fatídicos para su familia ese día. En cuestión de minutos, dos pequeñas casas de ladrillo y madera se redujeron a cenizas.

Sonia Villavicencio, madre de Cecilia, sufrió de una crisis nerviosa. Cecilia, intentó sacar su bolsa en la que tenía las utilidades que le habían pagado recientemente y que pensaba gastar en sus hijas, para llevarlas a comer y pasear en la ciudad.

Sus dos pequeñas habían salido a la tienda ubicada a dos cuadras, y cuando regresaron vieron todas sus cosas envueltas en llamas. No pudieron rescatar nada, ni a su perrito Bombón, que murió en el incendio, junto con varias gallinas.

Los bomberos de las estaciones 5 y 14 acudieron al llamado, pero eventualmente sufrieron la falta de agua. Sus compañeros, pero del Departamento de Bomberos del Condado Imperial, California, acudieron con un camión cisterna.

Una manguera atravesó el nuevo cerco fronterizo que equívocamente, el presidente Donald Trump aseguró en un tuit que se trataba de su nuevo “muro”. Entre las vigas de este cerco, comenzó a fluir el agua que ayudó a apagar el incendio.

Luego del incendio, varios de los vecinos ayudaron a la familia Villavicencio. Con el retiro de escombro y la limpieza del terreno, algunos trabajadores del Ayuntamiento apoyaron, pero en el lugar quedó aún un montón de basura apilada, que antes fue el hogar de esta familia.

Los árboles fueron podados y talados. A Cecilia le dieron una semana de licencia en su trabajo y poco a poco busca recobrar su vida normal, realizando los trámites necesarios para recuperar los documentos perdidos, incluidos los de identidad, del banco y del domicilio. Hasta esta semana, seguían atareados en trámites.

Cecilia dijo que no han acudido a los medios para pedir ayuda, aunque algunos conocidos les han dicho que una pareja de mujeres acudió a un canal de televisión local para pedir apoyos, pero ella aclaró que nadie de su familia lo ha hecho y asume que alguien se aprovechó de su tragedia para lucro personal.

Vecinos han ayudado con bloques de concreto y algo de material para construcción, pero falta mucho para que puedan recuperar su hogar. Mientras, esperan que el Ayuntamiento les ayude con el retiro de los restos de su antigua casa.

Hasta que su vida vuelva a encaminarse de manera regular, todos ellos viven en las casas cercanas de sus familiares, esas que habitan desde hace muchos años en la colonia Fronteriza. Aún con esta tragedia a cuestas, Emily, de 8 años, sonríe y abraza a los cachorros que sobrevivieron el incendio. Hincada en un terregoso espacio que antes fue su dormitorio, ríe cuando el fotógrafo se coloca el flash sobre su cabeza. “Te lo pusiste de sombrero”, dice, para luego echarse a reír.

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