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Entre carencias sobrevive su vejez

Si conoce a Antonio Carrillo Robledo, por un momento se puede olvidar la carencia en la que vive, con una sonrisa y una larga charla recibe a quien se le acerque con el fin de disipar la soledad intrínseca que lamentablemente caracteriza a las personas de la tercera edad.

Comiendo una vez al día, bebiendo agua de la llave, sin energía eléctrica y con reductor del vital líquido instalado por la Comisión Estatal de Servicios Públicos (Cespm), vive al día en compañía de sus cinco perros mestizos.

Aun viviendo en medio del progreso que representa el Centro Cívico y el centro de la ciudad, don Antonio padece una pobreza extrema, invisible ante los programas asistencialistas de Gobierno.

El hombre que dice con orgullo datar de la Segunda Guerra Mundial, recordó que hace años se dedicaba a la mecánica, carpintería y otras “chambitas”, pero el paso de los años no ha sido en vano, y su cuerpo ya no tiene fuerzas para realizar estos trabajos forzados.

El oriundo de Jalisco explicó que llegó a Mexicali con sus padres cuando apenas era un niño, refugiándose de un ciclón que impactó en el pueblo que vivía, Antonio recuerda con añoranza a sus progenitores, deseando que siguieran vivos.

Tuvo tres hijos que hace algunos años no ve por vivir en otra ciudad, mientras tanto, sobrevive con lo que la gente le regala, ya sea despensas o algunas monedas para comprar algo de mandado.

QUIERE VER EL MUNDIAL

Los ojos de don Alberto se iluminaron cuando la conversación tocó temas deportivos, pues además de portar una cachucha de los Águilas de Mexicali, es un aficionado al futbol que como cualquier otro desea intensamente ver los partidos de la Copa Mundial.

Sin embargo, antes que pensar en un televisor, su casa necesita la instalación eléctrica, ya que ni siquiera tiene un tablero funcional, esto priva a don Alberto de tener algo tan básico como un refrigerador, un abanico o una refrigeración.

En un cuartito de unos cuantos metros pasa los crudos inviernos y el inminente verano, su protección es un techo desquebrajado de madera, por el que se cuela de todo, desde los rayos del Sol, la lluvia, el frío, el calor, las palomas y alimañas.

Como el baúl de un abuelo es su hogar, ya que colecciona artefactos que captan la atención de cualquiera; una antigua silla para cortar cabello, peluches, espejos y estampas religiosas colgadas en la pared son la decoración.

Don Antonio no cuenta con una identificación, ni documentos que acrediten su identidad, por ello no ha podido contratar servicios, ni ser beneficiario de algún programa social ya sea de DIF, Sedesol, Sedesoe y de su diputada local Eva María Vázquez Hernández.

CORAZÓN RESISTENTE

El corazón de don Antonio debe ser muy fuerte como para haber soportado tres infartos en menos de cinco años, ninguno de ellos atendido por las autoridades médicas de la Secretaría de Salud.

“Me pegó uno en la noche, otro en la madrugada como a las 2:00 de la mañana, pero fuerte que no lo aguantaba, tuve que acostarme en el suelo para olvidarme del dolor que tenía, a la siguiente noche me volvió a dar el infarto, hasta este huesito se me salió”, describió.

Además de eso don Antonio asegura que no tiene males más que el cansancio de la edad, lo cual agradece a Dios. “Para sobrevivir el calor, pues me tengo que aguantar, mojándome la cabeza, tomar mucho agua y electrolitos”, describió.

El Instituto Nacional para Adultos mayores señala que el 20% de los ancianos en Baja California, no recibe la atención y cuidados adecuados, cifra que se refleja claramente en el caso de don Antonio.

Durante la charla con don Antonio, algunos “cachanillas” de buen corazón han traído despensa y agua a su hogar ubicado en la calle Alteñas #2 en colonia Bellavista, frente a una primaria, un “mejoralito” para la carestía que lo invade.

Según el Registro Civil del Estado, don Antonio forma parte de la estadística en el 90% del sector que no cuenta con una identidad en el Estado, son personas de la tercera edad, lo cual dificulta que obtengan servicios de salud y otros beneficios sociales.

Don Antonio forma parte del 1.1% de personas en pobreza extrema de Baja California, según los estándares del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

• Con un electricista para la instalación de tablero y cableado

• Reparación del techo de madera

• Un abanico, refrigerador y refrigeración

• Despensa (comida de fácil preparación y agua)

• Artículos de higiene personal

• Asesoría para obtener beneficios sociales

• Televisor para ver el mundial

• Lo que sea su voluntad

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