Es Leopoldo 'Polo' García ejemplo de fortaleza y amor a la vida

Con actitud positiva y muchas ganas de vivir, Leopoldo García Páramo hace frente a las dificultades de salud que se le presentan.

Hidalguense de nacimiento y mexicalense de corazón, ‘Polo’, como es conocido por familiares y amigos, es un ejemplo de fortaleza y amor a la vida. A sus 43 años de edad y pensando en su familia, como él mismo refiere, ha superado grandes pruebas.

Hace 26 años llegó a esta ciudad y junto a su esposa, Verónica Martínez de Anda, formó una familia, procreando a sus hijos José, Alan y Érika.”Me tocó la mejor mujer del mundo, que sigue conmigo al pie del cañon, como siempre”.

Años más tarde, fue afectado por la diabetes, que le acarrearía serias complicaciones.

“Estoy pasando por una situación que no es tan mala, pero no es tan buena”, señaló, refiriéndose a las diversas amputaciones que han tenido que realizarle para estabilizar su salud.

Consecuencia de la misma enfermedad, perdió la visión en el ojo izquierdo. Los tendones de su mano derecha, pulgar de la mano izquierda, dedos del pie izquierdo y recientemente la amputación de su pie y pierna derecha, lo han mantenido bajo tratamiento médico durante los últimos 7 años.

Gradualmente, las consecuencias de estos tratamientos le fueron impidiendo trabajar, hasta que el sostenimiento del hogar quedó a cargo de su esposa. “No alcancé a pensionarme, perdí los derechos porque renuncié, aunque trabajé 10 años en la Cámara de Comercio y en el Ayuntamiento de Mexicali”, recordó.

Aunque su vivienda, ubicada en el fraccionamiento California Residencial cuenta con aislamiento y lo indispensable para vivir, don Polo padece las inclemencias del invierno, que literalmente, le cala hasta los huesos.

“Soy muy friolento, luego me da hipo. No puedo estar mucho en el frío, debo estar bien abrigado, hasta en el tiempo de calor”, explicó.

La falta de un calentador de agua y del vital liquido, le dificultan la hora del baño. Aunque ha intentado hacer convenio por el adeudo del servicio potable, aún no logra reunir el dinero que debe. “Aunque poca pero el agua sale, el no tener boiler sí lo resiento mucho en estos tiempos.”

Apegado a Dios y a su familia, Polo se mantiene positivo y enfrenta estas dificultades. En sus circunstancias ha encontrado una posibilidad para retomar un viejo sueño: concluir la educación secundaria.

Para motivar y ser ejemplo de sus hijos, acudió al Inea, y ya espera por sus libros de texto y la fecha del examen donde mostrará si acredita o no el otorgamiento de su certificado.

Buscar apoyos para conseguir una prótesis que le permita volver a caminar también está entre sus planes.

“Esto no me detiene ni me baja el autoestima, no soy el primero ni el único y le doy gracias a Dios porque hay gente a la que le va peor. Tengo muchas ganas de vivir, me falta mucho por hacer aquí”.

A quienes ayudan a la comunidad apoyando causas como el Cobertón, Polo les envió un mensaje: “La ayuda Dios se las va a multiplicar. A quien ayuda todo el tiempo le va mejor, y en mi caso pido a Dios que les siga yendo bien, que sigan ayudando a la gente”, finalizó.