No cabía la gente el fin de semana en el poblado Benito Juárez
Narcizo Aguilar Paredes es una de las personas que mejor conocen el poblado Benito Juárez del Valle de Mexicali, quien es reconocido por haber sido el peluquero de la comunidad desde hace casi 60 años.
Don Nicho, como todos lo conocen, llegó a Baja California desde 1957, como jornalero, buscando mejores condiciones de trabajo y con ello una mejor calidad de vida.
Originario de Rosario, Sinaloa llegó al Valle de Mexicali en búsqueda de trabajo, encontrando en donde laborar en la colonia Carranza trabajando como jornalero en las parcelas.
“Luego luego encontramos trabajo, el patrón nos dio donde durmiéramos, donde comiéramos, y le ayudamos hasta que se acabó la pizca, más o menos por este tiempo –alrededor de Marzo-“, comentó.
Trabajó durante dos temporadas en la colonia Carranza, y después llegó al ejido Colima trabajando para el mismo patrón, y así fue pasando a diversas comunidades como trabajador en la pizca.
Aunque Don Chicho era peluquero desde antes de migrar a la entidad, él se rehusaba a ejercer su profesión, pues como mismo dijo “ser dueño de un negocio es trabajar los domingos y días festivos”.
A partir de 1957 consiguió un trabajo temporal como peluquero durante los fines de semana en el ejido Benito Juárez, donde hasta el momento sigue laborando como peluquero en un pequeño local ubicado en la avenida Morelos.
“En ese tiempo me empecé a quedar en la peluquería hasta que por fin me vine a vivir acá, y así dejé el campo y me quedé aquí”, comentó sonriendo en local verde de la peluquería “El deportista”, enmarcado de fotografías y modelos para cortes de cabello adquiridos a lo largo de todos estos años y cuyos muebles evocan la época de abundancia de mediados del siglo pasado.
Lo que más le gustaba del Valle de Mexicali es la alegría que había en aquellos años, aseguró, y es que siempre había gente de todas partes del país a trabajar a la pizca.
“Este poblado se llenaba de gente, mucho mucho, los sábados y los domingos no cabía la gente en la calle, eso es lo que recuerdo, pero desde que pudieron las máquinas para pizcar se acabó el trabajo del campo y quedó así como ahorita”, describió.
Toda esta imagen corresponde a la década de 1960 hasta el año 1975, donde el valle se distinguía por los festejos, los festivales, detalló, se adornaban las calles los días festivos, había bailes cada ocho días en las canchas.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí