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Papa Francisco y Benedicto XVI fueron vacunados contra el coronavirus, confirman

Este miércoles, fue el primer día en el que el Estado del Vaticano comenzó su campaña de vacunación entre sus habitantes y empleados.

CIUDAD DEL VATICANO.-El papa Francisco, de 84 años, y el pontífice emérito, Benedicto XVI, de 93 años, fueron vacunados contra el coronavirus, según confirmó hoy el Vaticano.

Hoy podemos confirmar que ha sido suministrada la primera dosis de la vacuna al papa Francisco y al papa emérito en el marco de la campaña de vacunación que comenzó en el Vaticano", explicó el portavoz, Matteo Bruni

Este miércoles, fue el primer día en el que el Estado del Vaticano comenzó su campaña de vacunación entre sus habitantes y empleados.

El pontífice recibió la primera dosis de la vacuna de Pfizer en el atrio del aula Pablo VI, que ha sido acondicionado para la campaña de vacunación, y en tres semanas recibirá la segunda, al igual que el papa emérito.

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Vaticano permite vacuna con células de fetos abortados

El Vaticano declaró en diciembre que es “moralmente aceptable” que los católicos reciban las vacunas contra el coronavirus, a pesar de que estuvieron basadas en investigaciones que utilizaron tejido fetal de abortos.

La Congregación para la Doctrina de la Fe, la oficina de vigilancia del Vaticano para la ortodoxia doctrinal, dijo que abordó la cuestión luego de recibir varias solicitudes de “directrices” durante los últimos meses. La oficina señaló que los obispos, grupos católicos y expertos han ofrecido “diversas declaraciones en ocasiones contradictorias” sobre el tema.

Basándose en pronunciamientos del Vaticano en los últimos años sobre el desarrollo de vacunas preparadas a partir de células derivadas de fetos abortados, la oficina emitió un comunicado en el que señaló que el papa Francisco había revisado la cuestión la semana pasada y ordenó que se hiciera público.

La enseñanza de la Iglesia católica señala que el aborto es un pecado grave.

El Vaticano concluyó que “es moralmente aceptable recibir vacunas contra COVID-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción”, cuando vacunas “éticamente inobjetables” no están disponibles al público. Pero apuntó que el uso “ilícito” de este tipo de vacunas “no significa una cooperación formal con el aborto del que se derivaron las células de las que se produjeron las vacunas”.

En su comunicado, el Vaticano explicó que obtener vacunas que no representan un dilema ético no siempre es posible. Citó algunas circunstancias en países donde “las vacunas sin problemas éticos no están disponibles a médicos y pacientes” o cuando las condiciones especiales de almacenamiento o transporte hacen que su distribución sea más difícil.

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