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Médico trata a su mamá en casa por Covid; hospitales están saturados

La alta ocupación en nosocomios hizo que el joven doctor optara por atender a su propia madre, contagiada de coronavirus, en casa.

MANAOS, Brasil.- La impotencia y la desesperación invadieron a Marcos Fonseca Barbosa, joven médico brasileño que decidió atender a su propia madre, gravemente enferma de coronavirus, desde casa.

Primero intentó hospitalizarla en Manaos, pero fue imposibles debido a la saturación: "Tuve miedo de que muriera en mis brazos", confiesa.

El médico de emergencias trató que la admitieran en cuidados intensivos, pero la ocupación se le impidió.

Su madre, Ruth, de 56 años "esataba enferma y pasándolo mal", contó a la AFP. Añade que se presentó como médico, pero los dejaron esperando cuatro horas en sillas plástico.

"No puedo culpar a mis colegas, porque es una zona de guerra", declara el profesional de salud al reconocer que varias clínicas privadas se encuentran saturadas por la pandemia.

Con dos millones de habitantes, Manaos, capital de la Amazonía brasileña, vivió escenas de horror entre abril y mayo, con fosas comunes cavadas en cementerios públicos y "camiones de la muerte", que en su interior resguardaban cuerpos de víctimas de Covid-19.

"Nunca me habría imaginado una situación así, ni en mis peores pesadillas", relata Marcos.

Por ello, al percatarse que su madre podría perder la vida a causa del virus, tomó las riendas de la situación.

"Estaba desesperado, con miedo de que mi mamá falleciera en mis brazos, sobre una silla de plástico. En un impulso, la tomé del brazo, la llevé al carro y volvimos a casa".

Pidiendo auxilio, llamó a amigos y antiguos pacientes que trató a domicilio, así consiguió un tanque de oxígeno y un ventilador mecánico no invasivo, que instaló en torno a la cama que improvisó como cuarto de hospital.

Su madre debía ser intubada, pero el joven médico buscó alternativas.

"Con un aparatode neubolización pude mantenerla con vida, además de un catéter nasal para facilitar su respiración".

Sin otorgarse el mérito de salvar a su mamá, Marcos piensa que lo que realmente la ayudó fue "su voluntad de vivir y la obra divina".

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