Brutal: “Sacrifica” a dos mujeres por pacto satánico, ¿qué pedía al demonio?

LONDRES.- Un adolescente fue declarado culpable este martes por el asesinato de dos hermanas en un frenético ataque con cuchillo como parte de un pacto satánico con un demonio.

Danyal Hussein, de 19 años, mató brutalmente a Bibaa Henry, de 46 años, y a Nicole Smallman, de 27, en las primeras horas del 6 de junio del año pasado.

Sus cuerpos fueron descubiertos escondidos en arbustos cerca de un lugar de picnic donde habían estado celebrando el cumpleaños de la Bibaa en Fryent Country Park, Wembley.

Las hermanas, que habían estado celebrando el cumpleaños de Henry con amigos, fueron encontradas al día siguiente por el novio de Nicole.

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¿Qué le pidió al demonio?

Hussein, que se negó a declarar, ha cuestionado el ADN encontrado en el lugar o que fue captado en cualquier circuito cerrado de televisión, incluidas imágenes de una persona que regresa a su casa después de los asesinatos en las primeras horas del 6 de junio.

Hussein obsesionado con los hechizos se había cortado para usar su propia sangre para firmar un acuerdo con un demonio llamado Lucifuge Rofocale que prometía sacrificar mujeres a cambio del Super Jackpot de Mega Millions.

La policía reveló hoy el momento en que fue detenido, rodeando el exterior de la casa de su madre con armas de descarga eléctrica Taser apuntadas hacia él.

La radicalización de Hussein

Hussein, quien tiene herencia kurda iraquí, había sido referido a un programa de des-radicalización a la edad de 15 años por su escuela por temor a que fuera vulnerable a ser preparado para alguna conducta negativa, ya que le localizaron en las computadoras de la escuela material de extrema derecha.

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Después de su arresto, la policía pidió ayuda a la compañía Apple porque no podía ver lo que el joven veía o con quién hablaba por Internet, pero los tribunales de Estados Unidos se negaron a obligarlos a “descifrar” el almacenamiento utilizado por su computadora portátil.

Después de cortarse la mano en el proceso, arrastró sus cuerpos hacia los arbustos en una última y despiadada indignidad por la pareja inocente.