Mientras eventos climáticos extremos se intensifican en todo el mundo, el petróleo y el gas seguirán dominando la energía global pese a los compromisos contra el cambio climático
El Acuerdo de París, firmado en 2015, estableció objetivos claros: limitar el calentamiento global, fortalecer la adaptación al cambio climático y alinear las finanzas con un desarrollo bajo en carbono.
Las condiciones meteorológicas extremas dejaron de ser eventos aislados y se han convertido en una constante a nivel global. Récords de calor, lluvias intensas, tormentas severas y heladas prolongadas afectan por igual a países desarrollados y en desarrollo, sin distinguir condición social ni ubicación geográfica.
Este escenario, asociado al cambio climático, ya no se limita al verano o al invierno, pues también altera estaciones tradicionalmente más estables como la primavera y el otoño.
De acuerdo con información publicada por Milenio y reportes de organismos internacionales, este fenómeno ocurre mientras el mundo enfrenta una realidad energética compleja: pese a los compromisos climáticos, el petróleo y el gas natural seguirán dominando la demanda global durante las próximas décadas.
¿Por qué el cambio climático sigue agravándose?
El aumento de fenómenos extremos se relaciona con el nivel de industrialización alcanzado por las principales economías del mundo.
Aunque el Acuerdo de París estableció como meta limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 2 grados Celsius —con el objetivo ideal de 1.5 grados—, la reducción de emisiones de dióxido de carbono no avanza al ritmo esperado.
En noviembre pasado, la Agencia Internacional de Energía (AIE) advirtió que el petróleo y el gas natural continuarán como las principales fuentes de energía durante al menos los próximos 25 años.
Las energías limpias crecen, pero no lo suficiente para desplazar a los hidrocarburos en el corto plazo, especialmente en un contexto marcado por tensiones geopolíticas, conflictos armados y cambios políticos en potencias clave.
El informe de la AIE presentado en la cumbre climática
Durante la más reciente Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, celebrada en Belém, Brasil, se presentó el informe anual de perspectivas energéticas con proyección a 2050.
El documento señala que la demanda de petróleo y gas crecerá 13 por ciento, hasta alcanzar 113 millones de barriles diarios, lo que contradice la expectativa de un pico en 2030.
Uno de los sectores que impulsa este consumo es el del gas natural licuado (GNL), considerado clave para sostener la expansión de la inteligencia artificial y los centros de datos a nivel mundial.
En generación eléctrica, la AIE anticipa una “nueva era”: la producción casi se duplicará hacia 2035, pero tres cuartas partes seguirán dependiendo del gas, el petróleo y el carbón, no de la energía solar o eólica.
¿Cómo se distribuye hoy la energía en el mundo?
Actualmente, el 56 por ciento de la energía global proviene del petróleo y el gas natural. El carbón aporta 25 por ciento; la bioenergía, 9 por ciento; la energía nuclear, 5 por ciento; y las fuentes solar y eólica apenas 6 por ciento.
Según José Ángel García Elizondo, expresidente de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo), “en 2050, el petróleo y el gas natural apenas se reducirán 2 por ciento.
Continuarán como los recursos de mayor demanda para satisfacer las necesidades del mundo”. El carbón sí disminuirá de forma más significativa, mientras que las energías renovables duplicarán su participación.
Los compromisos del Acuerdo de París y la realidad actual
El Acuerdo de París, firmado en 2015, estableció objetivos claros: limitar el calentamiento global, fortalecer la adaptación al cambio climático y alinear las finanzas con un desarrollo bajo en carbono.
También fijó mecanismos de revisión periódica y apoyo a países menos desarrollados mediante financiamiento climático y transferencia tecnológica.
Sin embargo, los eventos climáticos recientes evidencian que estos compromisos no han sido suficientes.
Huracanes, lluvias extremas y sequías afectan con mayor intensidad a regiones que menos contribuyen a las emisiones globales.
Europa insiste en la transición energética
La Unión Europea mantiene una postura firme a favor de la transición energética. Francia es uno de los casos más citados, al reducir su huella de carbono mediante el uso de energía nuclear.
Emmanuel Braun, consejero para el Desarrollo Sostenible de la embajada de Francia en México, advirtió que “la consecuencia de mantener la apuesta por los fósiles es un problema climático a nivel mundial y sus efectos son muy concretos; México ya lo vive, al igual que Centroamérica”. Añadió que los impactos más severos se presentan en países con menor consumo de energías fósiles, lo que revela una falta de solidaridad global.
México frente a eventos climáticos extremos
La temporada de ciclones, de junio a noviembre, sigue siendo una de las principales amenazas. Estos sistemas se forman en el Caribe o el Pacífico y afectan primero a Centroamérica antes de llegar a México.
En años recientes, fenómenos como el huracán Otis en 2023, que devastó Acapulco, o las lluvias intensas registradas en Reynosa y Poza Rica en 2025, muestran la vulnerabilidad del país ante el cambio climático.
“Lo que se anuncia no es un porvenir rosado. Algún día la situación será tan grave que llegará una decisión drástica en el mundo para decir basta”, afirmó Braun.
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La postura de la industria petrolera en México
Del lado industrial, el informe de la AIE fue recibido con optimismo por el sector petrolero. Merlin Cochran, director general de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi), señaló que el anuncio “le da una ventaja a la industria petrolera en México” y abre el debate sobre el papel que jugará el país hacia 2050.
Tras la reforma energética de 2014, el sector ha invertido alrededor de 40 mil millones de dólares y produce actualmente 100 mil barriles diarios, cifra que aumentará con proyectos como Zama y Trión.
Cochran subrayó que “si México quiere ser un productor de barriles con menor emisión y que impulse el desarrollo de su población, es momento de tomar hoy las decisiones para ser relevante en ese futuro”.
Gasolineras y transición energética
El sector gasolinero también avanza, aunque de forma gradual, hacia la transición energética. García Elizondo explicó que la población mundial crecerá de 8 mil a 10 mil millones de personas en los próximos 25 años, lo que incrementará la demanda de energía sostenible y asequible.
En México, ya se desarrollan estaciones de servicio multifuncionales que incorporan generación eléctrica con energías limpias y centros de carga para vehículos eléctricos e híbridos, cuyo crecimiento se ha acelerado en los últimos cinco años.
Un desafío global sin soluciones simples
La evidencia apunta a un escenario complejo: el mundo reconoce la urgencia climática, pero sigue dependiendo de los hidrocarburos. La transición energética avanza más lento de lo previsto, mientras los efectos del cambio climático ya son visibles y cada vez más frecuentes. El reto, coinciden especialistas, no es solo tecnológico, sino político, económico y social.
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