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24 días en vilo y un margen mínimo: Honduras tiene un presidente electo declarado en medio de acusaciones de fraude y presiones internacionales

El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras declaró a Nasry “Tito” Asfura, candidato del Partido Nacional respaldado por Donald Trump, ganador de los ajustados comicios del 30 de noviembre, pero sus rivales rechazan el resultado y prometen impugnar, dejando al país en una frágil calma política

HONDURAS.- Tras casi un mes de un escrutinio lento y polémico, las autoridades electorales de Honduras pusieron fin este miércoles a la incertidumbre declarando presidente electo al conservador Nasry “Tito” Asfura. Sin embargo, lejos de cerrar el capítulo, el anuncio ha intensificado la crisis postelectoral. Según información de CNN, el candidato opositor Salvador Nasralla y el oficialista Partido Libertad y Refundación (Libre) han rechazado la declaratoria y advierten que la impugnarán, denunciando irregularidades en un proceso marcado por un margen mínimo y señales de presión externa.

El CNE, a través de sus consejeras Ana Paola Hall y Cossette López, anunció que Asfura obtuvo el 40.27% de los votos, superando por un estrecho 0.74% a Nasralla, quien alcanzó el 39.53%. La candidata oficialista, Rixi Moncada, quedó en un distante tercer lugar con el 19.19%. La declaratoria se produjo a pesar de que no se había concluido el escrutinio especial de 333 actas con inconsistencias, de un total de 19,153. Las consejeras defendieron la decisión argumentando que el 98.27% de las actas ya estaban procesadas y eran consistentes, buscando brindar certidumbre institucional.

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Un resultado celebrado y otro rechazado de plano

La reacción a la declaratoria fracturó aún más el panorama político. Asfura celebró el resultado en sus redes sociales, escribiendo: “Honduras: Estoy preparado para gobernar. No te voy a fallar” y agradeciendo la labor del CNE. Recibió el inmediato reconocimiento del gobierno de Estados Unidos, a través del secretario de Estado Marco Rubio, quien felicitó al presidente electo y expresó su deseo de colaborar con la nueva administración.

Por el contrario, Salvador Nasralla fue contundente en su rechazo. Aseguró que el resultado “no responde a la voluntad de la mayor parte del pueblo hondureño” y acusó al CNE de actuar con ilegalidad. En declaraciones a otros medios, Nasralla afirmó que existe un “algoritmo donde siempre se le ponía la cifra más alta al Partido Nacional” y que ha documentado miles de actas con irregularidades. Luis Redondo, presidente del Congreso e integrante de Libre, respaldó el rechazo, calificando la declaratoria de carente de valor legal.

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La sombra de la injerencia internacional y un proceso bajo sospecha

El proceso estuvo marcado, desde antes de los comicios, por la abierta injerencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien días antes de la votación respaldó públicamente a Asfura como el único candidato con el que su administración trabajaría. Este respaldo fue interpretado por la oposición como una presión ilegítima que buscó influir en el resultado.

La lentitud del conteo, que se extendió por 24 días tras la votación del 30 de noviembre, y los recurrentes fallos en el sistema de transmisión de resultados, alimentaron las dudas y las acusaciones de manipulación. El ambiente se enrareció aún más con denuncias de que las dos consejeras principales del CNE ejercieron sus funciones desde una sede diplomática extranjera por razones de seguridad, un hecho sin precedentes.

Con la promesa de impugnaciones por parte de la oposición, la proclamación de Asfura dista de ser el punto final. El país se encamina hacia un escenario de litigio institucional en los días previos a la toma de posesión programada para el 27 de enero de 2026, en un clima de profunda desconfianza y polarización.

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