Niño sufre quemaduras al intentar calentar aerosol quitapolvo con un encendedor

Reino Unido. — El 20 de diciembre, un niño de 13 años, identificado como Joe Mitchell, residente cerca de Petersfield, Hampshire, sufrió quemaduras en la cara, el cuello y las manos tras un incendio provocado al intentar calentar una lata de aerosol quitapolvo con un encendedor. El incidente ocurrió cuando el joven confundió el fenómeno de enfriamiento por evaporación con un supuesto congelamiento del contenido del envase.

El accidente y las lesiones

De acuerdo con el diario británico The Sun, Joe utilizaba el aerosol para limpiar su consola de videojuegos y pensó que la lata estaba vacía. Al sentir el líquido extremadamente frío, creyó que estaba congelado y acercó un encendedor para “descongelarlo”. El gas inflamable rociado previamente entró en contacto con su ropa y se encendió de inmediato.

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Aunque la exposición al fuego duró menos de 10 segundos, el adolescente sufrió quemaduras superficiales que cubrían alrededor del 4% de su superficie corporal. Fue trasladado en ambulancia al Hospital del Distrito de Salisbury, donde recibió tratamiento especializado en la unidad de quemados, incluyendo la extirpación de piel necrótica. Tras cuatro días de hospitalización, fue dado de alta.

Reacción médica y medidas de emergencia

El personal médico destacó que la rápida acción de su padre, al retirar la ropa y aplicar agua fría en las zonas afectadas, fue crucial para limitar la profundidad de las lesiones. Según las directrices médicas, enfriar la quemadura con agua corriente durante al menos 20 minutos es una medida inicial clave para reducir el daño tisular y el riesgo de cicatrices.

Los especialistas advirtieron que el gas inflamable puede permanecer en el aire o impregnarse en la ropa, propagando el fuego rápidamente hacia la cara y el torso, incluso en exposiciones breves.

Riesgos de los aerosoles y llamado a la prevención

Expertos en seguridad explicaron que los aerosoles contienen gases licuados altamente inflamables, como butano, propano y difluoroetano, que se almacenan a alta presión y se vaporizan al ser liberados. Este proceso genera una intensa sensación de frío, conocida como enfriamiento por evaporación, que puede confundirse con congelación.

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El error de aplicar calor para “descongelar” estos productos representa un alto riesgo de explosiones y quemaduras graves. Por ello, especialistas subrayan la necesidad de educar a los adolescentes y familias sobre las propiedades físicas de los aerosoles y los peligros de manipularlos cerca de llamas.