México envía 80 mil barriles de combustible a Cuba mientras persisten apagones y aumentan las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela
México enviará 80,000 barriles de combustible a Cuba para mitigar los apagones prolongados
Cuba atraviesa una de las crisis energéticas más severas de los últimos años. Desde mediados de 2024, amplias zonas del país enfrentan apagones diarios que superan las 20 horas, lo que ha afectado la actividad económica, los servicios básicos y la vida cotidiana de millones de personas. El problema se origina en centrales termoeléctricas obsoletas, frecuentes averías técnicas y falta de divisas para comprar combustible en el mercado internacional.
En este escenario, el arribo de 80,000 barriles de combustible procedentes de México busca aliviar parcialmente la situación, aunque su impacto será limitado frente a las necesidades reales del sistema eléctrico cubano.
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¿Cuántos barriles necesita Cuba y qué representa el envío mexicano?
De acuerdo con cifras oficiales, Cuba requiere alrededor de 110,000 barriles diarios para cubrir sus necesidades energéticas básicas. De ese total, cerca de 40,000 barriles se producen localmente, mientras que el resto debe importarse.
Los 80,000 barriles enviados por Pemex y que llegarán en unos días a Cubae quivalen apenas a un poco más del déficit de un solo día, por lo que el suministro no resuelve el problema estructural, pero sí puede contribuir a estabilizar temporalmente la generación eléctrica en algunas regiones.
Detalles de los buques y el origen del combustible
El combustible es transportado por dos buques con bandera de Liberia: el Ocean Mariner y el Eugenia Gas. Este último ya navega frente a la costa norte de Cuba con destino al puerto de Moa, tras haber cargado en el complejo Pajaritos de Pemex, en el sur de México.
El segundo buque continúa en proceso de carga en las mismas instalaciones antes de dirigirse a la isla, según datos de seguimiento del Instituto de Energía de la Universidad de Texas.
Dependencia de las importaciones y papel de Venezuela
Según la Oficina Nacional de Estadística e Información de Cuba, el 60% del combustible consumido en la isla es importado, y el 65% se destina a las termoeléctricas. Estudios independientes señalan que cerca de la mitad del combustible cubano proviene de Venezuela, México y en menor medida Rusia.
Venezuela ha sido históricamente el principal proveedor, con envíos que llegaron a 50,000 barriles diarios, aunque desde 2024 el volumen ha caído a entre 10,000 y 30,000 barriles. Esta reducción ha profundizado la crisis energética cubana.
Tensiones militares entre Estados Unidos y Venezuela
La caída en los envíos venezolanos ocurre en un contexto de mayor presión militar y naval de Estados Unidos sobre Venezuela. Washington ha incrementado su presencia en el Caribe y anunció un bloqueo naval contra petroleros vinculados a la llamada “flota fantasma”, utilizada para evadir sanciones.
Estas acciones han derivado en intercepciones de buques, como el caso del petrolero Skipper, detenido en aguas internacionales tras haber trasvasado crudo destinado originalmente a Cuba. La Cancillería cubana calificó estos hechos como actos que afectan gravemente al país, al limitar el acceso a suministros energéticos.
El papel de México y la relación con Estados Unidos
El Gobierno mexicano ha definido estos envíos como ayuda humanitaria, aunque han generado fricciones con Estados Unidos.
La presidenta Claudia Sheinbaum reconoció que la relación de México con Cuba ha sido históricamente un punto de diferencia con Washington desde 1959, pero afirmó que esto no debería afectar la relación bilateral.
Cabe señalar que Pemex enfrenta altos niveles de endeudamiento, lo que añade un elemento financiero relevante a estos envíos.
Petróleo venezolano y divisas provenientes de Asia
Investigaciones periodísticas indican que parte del crudo venezolano asignado a Cuba se revende en Asia, principalmente en China. A cambio, La Habana ofrece servicios profesionales como médicos y especialistas. Las divisas obtenidas son clave, ya que Cuba importa el 80% de los productos que consume.
La interrupción de estas rutas comerciales podría agravar aún más la situación económica y social en la isla.
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