Así cambió la estrategia de Estados Unidos en la guerra contra el narcotráfico: la idea de atacar cárteles en México terminó en una ofensiva militar contra Venezuela
Documentos y testimonios citados por The Washington Post detallan por qué la ofensiva contra los cárteles mexicanos derivó en operaciones militares en el Caribe y el bloqueo petrolero a Venezuela
CIUDAD DE MÉXICO.- En los primeros meses de la nueva administración de Donald Trump, altos funcionarios de seguridad nacional en Estados Unidos discutieron una estrategia para relanzar la llamada guerra contra las drogas.
El plan inicial estaba enfocado en golpear a los cárteles y redes de tráfico que operan desde México, con el objetivo de reducir el flujo de migrantes y narcóticos hacia territorio estadounidense. Sin embargo, conforme avanzaron las acciones en la frontera sur y cambiaron las condiciones sobre el terreno, esa estrategia se fue transformando.
De acuerdo con información revelada por The Washington Post y el Heraldo de México, la ofensiva terminó desviándose hacia Venezuela, en un contexto de creciente tensión política y militar entre Washington y el gobierno de Nicolás Maduro.
El plan original: debilitar a los cárteles en México
Según el diario estadounidense, el asesor de seguridad nacional Stephen Miller y otros funcionarios de alto nivel analizaron desde el inicio del gobierno la posibilidad de atacar directamente a los cárteles y traficantes en México. Miller, considerado el principal arquitecto de las políticas antiinmigratorias y fronterizas de Trump, retomó una idea que ya se había planteado durante el primer mandato del Presidente.
El razonamiento consistía en que reducir el poder de los cárteles podría dificultar tanto el tráfico de drogas como el flujo migratorio irregular. Para la administración, esto representaría resultados políticos rápidos y visibles.
Refuerzo en la frontera y cambio de escenario
Mientras estas discusiones se daban en Washington, el gobierno estadounidense desplegó miles de tropas en la frontera sur, incrementó los vuelos de vigilancia y fortaleció el intercambio de inteligencia con México.
De acuerdo con funcionarios actuales y exfuncionarios citados por The Washington Post, las operaciones militares mexicanas del lado sur de la frontera lograron frenar parte de la actividad de los cárteles.
El giro hacia Venezuela y el uso de fuerza militar
La nueva campaña se trasladó al Mar Caribe y al Océano Pacífico. De acuerdo con las fuentes consultadas por el diario, estas operaciones no tienen precedentes en cuanto al uso de fuerza letal por parte del Ejército estadounidense contra presuntos grupos vinculados al narcotráfico.
Las acciones comenzaron el 2 de septiembre y, con el tiempo, se alinearon con una ambición histórica del equipo de Trump: debilitar y eventualmente derrocar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Trump ha acusado de forma reiterada al mandatario venezolano de apoyar a “narcoterroristas” que, según su discurso, representan una amenaza directa para Estados Unidos.
La directiva clasificada y los grupos criminales
Un exfuncionario estadounidense reveló que Stephen Miller encabezó la redacción de una directiva clasificada, fechada el 25 de julio y firmada por el Presidente. Este documento autoriza al Ejército de Estados Unidos a emplear fuerza letal contra alrededor de dos docenas de grupos criminales extranjeros.
Reacciones internacionales y advertencias
El aumento de la presión sobre Venezuela generó respuestas inmediatas en el ámbito internacional. Rusia pidió al gobierno de Trump no cometer un “error fatal” en la crisis venezolana y llamó a la moderación. Moscú advirtió que se mantiene en “contacto” con Caracas, su aliada política en la región.
En paralelo, el Presidente de Estados Unidos ordenó esta semana un bloqueo de buques petroleros venezolanos, lo que representa una nueva escalada en el conflicto entre Washington y el gobierno de Maduro.
La controversia por el Premio Nobel de la Paz
El conflicto también tuvo eco fuera del ámbito militar. Julian Assange, fundador de WikiLeaks, presentó una denuncia contra la Fundación Nobel tras la decisión de otorgar el Premio Nobel de la Paz 2025 a la opositora venezolana María Corina Machado.
Assange argumenta que el galardón representa un “desvío de fondos y una facilitación de crímenes de guerra conforme al derecho sueco”, debido al respaldo de Machado a Donald Trump. Por ello, solicitó el bloqueo del cheque de 11 millones de coronas suecas, equivalentes a cerca de un millón de dólares, destinado a la galardonada.
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