Muere recluso en prisón alemana luego de que su pareja lo visitó y le dió un beso, pero autopsia revela algo impactante

Alemania. — El 14 de diciembre de 2025, en una prisión de Leipzig, Alemania, un recluso de 20 años murió por sobredosis luego de un intento fallido de contrabando de drogas durante una visita con su pareja. El joven, identificado como Mohamed, de 23 años y origen tunecino, había sido encarcelado en enero por delitos relacionados con el tráfico de drogas, según Maeil Shinmun.

El beso que terminó en tragedia

De acuerdo con la investigación, la novia de Mohamed logró pasar los controles de seguridad con metanfetamina envuelta en papel de aluminio, oculta en la boca y bajo la lengua. Durante la visita, intentó transferir la sustancia a través de un beso. Sin embargo, Mohamed terminó tragando accidentalmente la droga, lo que derivó en su muerte al día siguiente.

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Testigos señalaron que el joven presentó síntomas extraños tras el encuentro. Aunque otros internos le recomendaron buscar atención médica inmediata, Mohamed se negó. La autopsia reveló que el envoltorio se rompió en su estómago, liberando la sustancia y provocando un paro cardíaco fulminante.

Investigación y consecuencias legales

Las autoridades penitenciarias confirmaron que la novia de Mohamed deberá comparecer ante el tribunal este mes en relación con el caso. Medios locales informaron que la pareja tenía un hijo en común, lo que añade un componente personal y familiar a la tragedia.

El incidente ha generado gran preocupación en Alemania, pues expone las vulnerabilidades en los protocolos de seguridad de las visitas en prisiones. Tras lo ocurrido, las autoridades iniciaron una revisión exhaustiva de los procedimientos de control y vigilancia, con el objetivo de evitar que situaciones similares se repitan.

Revisión de medidas de seguridad

El caso ha puesto en evidencia la creatividad de algunos intentos de contrabando y los riesgos mortales que implican. Las autoridades penitenciarias recalcaron que cualquier intento de introducir drogas en los centros de reclusión no solo constituye un delito, sino que también pone en peligro la vida de los internos y la estabilidad del sistema penitenciario.

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La tragedia de Mohamed se suma a una lista de incidentes que han obligado a reforzar las medidas de seguridad en las cárceles alemanas, donde la vigilancia y el control de visitas se han convertido en prioridades para garantizar la integridad de los reclusos y del personal.