ONU pide 23 mil millones de dólares para salvar a 87 millones de personas en 2026: La crisis humanitaria global ante recortes históricos

El mundo enfrenta una paradoja devastadora: mientras las guerras, el cambio climático y las crisis económicas empujan a un récord de personas a depender de ayuda humanitaria, los fondos internacionales para salvarlas están en su nivel más bajo en una década.

La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) presentó este 8 de diciembre su Panorama Global Humanitario para 2026. Según la información presentada por el Subsecretario General de la ONU, Tom Fletcher, el plan prioriza recaudar 23,000 millones de dólares para salvar a 87 millones de las personas más vulnerables del planeta.

Este llamamiento, sin embargo, llega tras un año de brutales recortes que ya han tenido consecuencias mortales.

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La cruda realidad: Menos dinero, más necesidad

La cifra es contundente: en 2025, el llamado humanitario global de la ONU solo recibió 12,000 millones de dólares. Es la financiación más baja en diez años.

Como resultado, las agencias de ayuda alcanzaron a 25 millones de personas menos que el año anterior. Las consecuencias fueron inmediatas:

El hambre aumentó. Los presupuestos para alimentos se recortaron, incluso cuando hambrunas azotaron partes de Sudán y Gaza”, explicó Tom Fletcher en la conferencia de prensa.

Los programas para proteger a mujeres y niñas fueron drásticamente recortados, cientos de organizaciones de ayuda cerraron. Y más de 380 trabajadores humanitarios fueron asesinados, la cifra más alta registrada”.

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El plan para 2026: Un enfoque en salvar vidas

Frente a este panorama, el plan para 2026 es un ejercicio de “hiper-priorización”. El llamado total es por 33,000 millones para asistir a 135 millones de personas en 50 países.

Sin embargo, el núcleo urgente, los 23,000 millones, está dirigido a garantizar la supervivencia de 87 millones. “Este llamamiento establece dónde debemos concentrar primero nuestra energía colectiva: vida por vida”, dijo Fletcher.

El plan incluye 29 operaciones detalladas. Las más grandes son:

• Territorio Palestino Ocupado: 4,100 millones para 3 millones de personas.
• Sudán: 2,900 millones para 20 millones de personas, atrapadas en la mayor crisis de desplazamiento del mundo.
• Siria (plan regional): 2,800 millones para 8.6 millones de personas.
• Myanmar: 1,400 millones para 4.9 millones de personas.

¿Por qué hay menos dinero? El impacto de los recortes

El descenso en la financiación tiene un líder claro: Estados Unidos, el donante histórico más grande, realizó recortes significativos. Fletcher señaló que el público a menudo es “engañado” sobre el porcentaje del gasto en ayuda exterior, creyendo que es mucho mayor al menos del 1% que realmente representa.

El contraste es abismal: el mundo gastó 2.7 billones (millones de millones) de dólares en defensa el año pasado. Los 23,000 millones que pide la ONU equivalen a menos del 1% de ese gasto militar global.

No les estoy pidiendo a las personas que elijan entre un hospital en Brooklyn y un hospital en Kandahar”, aclaró Fletcher. “Estoy pidiendo al mundo que gaste menos en defensa y más en apoyo humanitario”.

Los retos adicionales: Trabajar bajo ataque

La crisis no es solo de dinero. Los trabajadores humanitarios operan en entornos cada vez más peligrosos. Las muertes registradas el año pasado marcan un récord trágico de 320 trabajadores, principalmente personal local.

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Fletcher describió la situación con una analogía:

Nosotros somos los que conducimos la ambulancia cuando hay un incendio. Pero ahora también nos piden que apaguemos el incendio. Y no hay suficiente agua en el tanque. Y nos están disparando”.

Ante esto, la ONU también insta a los países a proteger a los civiles y al personal de ayuda, “no con declaraciones de preocupación, sino responsabilizando a quienes nos matan, y a quienes arman a quienes nos matan”.

¿Y ahora qué? La ruta de los próximos 87 Días

La ONU llevará este plan priorizado a los Estados miembros durante los próximos 87 días, uno por cada millón de vidas que busca salvar.

El objetivo es conseguir compromisos de financiación de donantes tradicionales y no tradicionales. Fletcher se mostró esperanzado en que 2026 pueda ser un “año de construcción de paz”, lo que reduciría la necesidad humanitaria.

Sin embargo, es claro en la urgencia del momento:

[Después de 87 días...] responderé una simple pregunta: ¿sus Gobiernos apoyaron este plan o no? La respuesta a esa pregunta definirá quién vive y quién muere”.

La capacidad de responder a guerras, hambrunas y desastres climáticos depende ahora de una decisión política y colectiva: priorizar la preservación de la vida en un mundo donde los recursos existen, pero su distribución enfrenta su prueba más difícil.

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