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Estados Unidos reorienta su política global: Gobierno de Trump publicó su nueva “Estrategia Nacional de Seguridad” y “revive” la Doctrina Monroe

El control migratorio será el “elemento principal” de la estrategia de seguridad.

Estados Unidos reorienta su política global: Gobierno de Trump publicó su nueva “Estrategia Nacional de Seguridad” y “revive” la Doctrina Monroe

WASHINGTON, Estados Unidos.- La administración del presidente Donald Trump ha publicado su nueva “Estrategia Nacional de Seguridad”, un documento que marca un cambio significativo en la política exterior estadounidense. Este plan reajusta la presencia global de Estados Unidos para enfocarse con mayor intensidad en el Hemisferio Occidental, específicamente en América Latina, y en la lucha contra la migración masiva.

El texto revive principios históricos como la Doctrina Monroe, identifica a China como principal competidor y establece el control fronterizo como pilar de seguridad nacional, todo bajo el lema de “America First” (Estados Unidos Primero). Esta reorientación tiene implicaciones directas para la región latinoamericana, desde la gestión de recursos estratégicos hasta las dinámicas migratorias y de seguridad.

¿Qué es la “Estrategia Nacional de Seguridad” y por qué es importante?

Este documento es el plan rector que define las principales amenazas y objetivos de seguridad para Estados Unidos. No es una ley, pero establece la dirección de la política exterior, de defensa y de seguridad interna del gobierno. Su importancia radica en que guía decisiones concretas, asignación de recursos militares y relaciones diplomáticas. La versión actual representa una desviación clara de estrategias previas que ponían un énfasis mayor en Asia y en alianzas multilaterales.

Uno de los ejes centrales del documento es la reactivación de la Doctrina Monroe de 1823, bajo lo que denomina el “Corolario Trump”. Originalmente, esta doctrina buscaba excluir a las potencias europeas de la influencia en las Américas. La nueva estrategia la actualiza:

  • Enfoque en Recursos y Estabilidad: Estados Unidos buscará “acceso a recursos y ubicaciones estratégicas” en la región, mencionando de manera implícita activos como el Canal de Panamá.
  • Contención de Competidores Externos: El texto señala, en alusión directa a China, que Estados Unidos “negará a competidores de fuera del hemisferio la capacidad de posicionar fuerzas u otras capacidades amenazantes, o de poseer o controlar activos estratégicamente vitales”.
  • Objetivo de Estabilidad Regional: Se plantea que EE.UU. trabajará para que los países sean “razonablemente estables y bien gobernados para prevenir y desalentar la migración masiva” hacia su territorio.
Foto: La Casa Blanca.

El control migratorio como “elemento principal” de la seguridad

La estrategia adopta una postura firme y sin precedentes sobre la migración, elevándola al nivel de una prioridad de seguridad nacional. El documento es categórico: “La era de las migraciones masivas debe llegar a su fin. La seguridad de las fronteras es el elemento principal de la seguridad nacional”.

Además, amplía la definición de amenaza fronteriza: “Debemos proteger a nuestro país contra las invasiones, no solo contra las migraciones descontroladas, sino también contra las amenazas transfronterizas como el terrorismo, las drogas, el espionaje y la trata de personas”. Esta postura justifica un enfoque de seguridad y disuasión en la gestión de flujos migratorios.

El documento anuncia un cambio tangible en el despliegue de las fuerzas armadas estadounidenses. Señala que Washington reajustará su “presencia militar global para hacer frente a amenazas urgentes en nuestro Hemisferio, y alejarnos de escenarios cuya importancia relativa... ha disminuido”. Esto implica una redistribución de recursos y atención desde otros teatros de operaciones hacia América Latina y el Caribe.

Este reajuste ocurre en un contexto donde, según el reporte, la administración Trump ha perpetrado 22 ataques a lanchas, que acusa, sin presentar pruebas públicas, de transportar drogas, con un saldo reportado de al menos 87 muertos desde el pasado 2 de septiembre.

Aunque el fuego se centra en el hemisferio, la estrategia mantiene a China identificada como el “principal competidor” de Estados Unidos. La mención a negar su influencia en América Latina es una parte clave de esta contención.

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De manera notable, el documento también critica a los aliados tradicionales. Señala que Estados Unidos respaldará a quienes se opongan a los valores promovidos por la Unión Europea, especialmente en materia de inmigración, marcando una distancia clara con socios transatlánticos. Sin embargo, también aclara que no buscará contener a todas las potencias del mundo: “Esto no significa desperdiciar sangre y recursos para limitar la influencia de todas las grandes y medianas potencias”.

Esta estrategia no surge en el vacío. Es el marco formal de acciones ya en curso, como la confrontación política y económica con el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y las operaciones navales antinarcóticos. Para los países de la región, la nueva postura de Washington implica:

  1. Presión Geopolítica: Deberán navegar una relación bilateral más intensa con EE.UU., que busca afirmar su influencia y contrarrestar la de China.
  2. Enfoque en Seguridad y Migración: La cooperación en estos temas será prioritaria para la administración Trump, posiblemente condicionando otros aspectos de la relación.
  3. Incertidumbre sobre Soberanía: La mención a “recursos y ubicaciones estratégicas” y al control de activos vitales generará debates sobre soberanía y autonomía en la toma de decisiones nacionales.

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