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La destrucción de la memoria en Gaza: Cómo la pérdida de documentos, archivos y bibliotecas amenaza la existencia legal palestina

La ofensiva militar israelí ha destruido archivos físicos y digitales, desde documentos personales hasta bibliotecas enteras, amenazando la identidad y los derechos legales de los palestinos.

La destrucción de la memoria en Gaza: Cómo la pérdida de documentos, archivos y bibliotecas amenaza la existencia legal palestina

En cada hogar palestino existe, o existía, un paquete distintivo que contenía un conjunto de documentos, desde fotografías hasta escrituras de propiedad, que narraban una historia familiar y aseguraban el futuro legal de las personas. Hoy, tras más de dos años de guerra en Gaza, ese acto cotidiano de preservación ha sido sistemáticamente aniquilado.

El reportaje de la investigadora palestina Sujoud Awais, especialista en medios y estudios socio-políticos, publicado por Middle East Eye, revela una dimensión profunda del conflicto: la destrucción masiva de archivos personales, históricos y digitales.

Esta ofensiva, según expertos, no solo busca derrotar físicamente a un pueblo, sino borrar las pruebas de su existencia, su identidad y sus derechos.

¿Qué se está perdiendo en los hogares palestinos?

Las familias, forzadas a huir repetidamente de los bombardeos, han perdido sus archivos más íntimos.

El paquete de documentos familiares, descrito por Awais como un archivo que preserva “eventos importantes en la historia familiar” y “un camino hacia el futuro”, ha quedado sepultado bajo los escombros.

Se estima que alrededor del 50% de los más de dos millones de habitantes de Gaza han perdido sus documentos de identificación personal. Esto incluye fotos, actas de nacimiento y matrimonio, títulos de propiedad y pasaportes. Sin ellos, probar quiénes son o qué les pertenece se vuelve casi imposible.

¿Por qué la destrucción de documentos es estratégica?

La pérdida va más allá de lo sentimental. La destrucción de registros civiles, donde se anotan nacimientos y defunciones, colapsa el sistema legal.

Awais señala que esto produce “una nueva clase social: palestinos invisibles que han sido empujados a los márgenes”. Sin papeles que certifiquen identidad, propiedad o herencia, una sociedad no puede funcionar con justicia. Se abre la puerta a que prevalezcan la influencia y el oportunismo sobre los derechos.

La ONU alerta que miles de nacimientos y muertes no han podido ser registrados oficialmente, lo que amenaza con crear un vacío generacional en los registros.

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El ataque a la memoria colectiva e intelectual

La ofensiva no se limita a los hogares. El reportaje documenta la destrucción del tejido cultural e intelectual de Gaza:

  • Universidades y escuelas: Todas las universidades han sido dañadas o destruidas. La destrucción masiva de escuelas ha interrumpido la educación de más de medio millón de niños y ha borrado datos académicos necesarios para becas.
  • Archivos históricos: Se estima que se ha perdido el 70% del patrimonio archivístico de Gaza. La quema del archivo central de Gaza City acabó con registros de tierras y documentos municipales históricos.
  • Museos y bibliotecas: Museos como el de Rafah, con colecciones de monedas antiguas y joyería, han sido destruidos. Decenas de miles de libros, algunos de la era otomana, han sido reducidos a cenizas.

Esta destrucción deliberada de instituciones culturales, según el análisis, constituye un crimen de guerra bajo el derecho internacional.

La “doble eliminación”: Lo físico y lo digital

Un aspecto novedoso de esta guerra es el ataque coordinado en dos frentes: el físico y el digital.

  • Destrucción física: Más del 80% de los edificios gubernamentales, que albergaban servidores y archivos digitales, han sido destruidos. Esto genera el riesgo de un colapso total de la memoria institucional palestina.
  • Represión Digital: Awais y organizaciones como Human Rights Watch documentan una campaña de eliminación de contenido en plataformas tecnológicas. Cuentas que documentan la guerra son deshabilitadas o su contenido es suprimido, incluso cuando es pacífico o factual. Esto representa, en palabras del reportaje, un “esfuerzo coordinado para suprimir la documentación de la guerra” y sofocar la narrativa palestina a nivel global mediante algoritmos e Inteligencia Artificial.

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Un patrón histórico que se repite y escala

La investigadora contextualiza esta pérdida como parte de un patrón histórico. Desde la confiscación de decenas de miles de libros en 1948 hasta el saqueo de archivos de la OLP en los años 80, la amenaza a la memoria palestina no es nueva.

Lo que cambia ahora es la escala, la velocidad y la incorporación de herramientas digitales para la supresión. La guerra actual, sugiere el análisis, representa un salto cualitativo: “un cambio de matar cuerpos a matar la historia, la identidad y la continuidad”.

La lucha por la recuperación

Según BBC, trabajadores palestinos se han dado a la tarea de limpiar las ruinas de sus sitios patrimoniales sin contar con los materiales necesarios para la tarea. A pesar de ello, se muestran decididos a recuperar manuscritos pertenecientes a los sitios.

De manera similar a como brindamos primeros auxilios a las personas, lo estamos haciendo con los manuscritos", explicó uno de los trabajadores

A pesar de esta aniquilación física y digital, el reportaje concluye con una observación crucial: cada palestino lleva consigo un archivo oculto en su corazón, compuesto por miles de historias.

Esa memoria viva, resistente e intransferible, representa un último baluarte contra el olvido y la base desde la que se podrá, eventualmente, reconstruir no solo edificios, sino también derechos e identidad. La batalla por Gaza, por lo tanto, también es una batalla por el derecho a recordar y a existir ante la ley.

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