El doble mercado de China: Líder en autos eléctricos e inundador mundial de coches de gasolina

China se consolida como el mayor exportador mundial de automóviles. Sin embargo, una parte sustancial de este éxito no se debe a sus famosos vehículos eléctricos, sino a vehículos de gasolina. Según un análisis de datos de la industria y entrevistas realizadas por Reuters, los fabricantes automotrices tradicionales de China están enviando millones de vehículos de combustión a mercados emergentes. Esto ocurre porque no logran venderlos en su país, donde los vehículos eléctricos ahora dominan.

Este fenómeno presenta un desafío dual para las automotrices occidentales. Por un lado, enfrentan la competencia de los eléctricos chinos en sus mercados locales. Por otro, ven cómo sus socios comerciales en China les disputan las ventas en países como Polonia, Sudáfrica o Uruguay con autos de gasolina a precios muy competitivos.

Las cifras de una expansión acelerada

El volumen de las exportaciones automotrices chinas ha crecido de manera exponencial. Los datos son claros y muestran una tendencia dominada por los motores de combustión.

México

Mientras los autos de gasolina se reemplazan cada 12 años y los eléctricos cada menos de cuatro, los híbridos duran unos ocho y su venta aumentó en México

• Crecimiento exponencial: Las exportaciones totales de automóviles pasaron de aproximadamente 1 millón de unidades en 2020 a un estimado de 6.5 millones para este año.
• Dominio de la gasolina: Desde 2020, los vehículos de combustibles fósiles han representado el 76% de todas las exportaciones automotrices chinas.
• Liderazgo global por gasolina: Solo las exportaciones de vehículos a gasolina el año pasado fueron suficientes para convertir a China en el mayor exportador mundial de automóviles, sin contar los eléctricos.

Esta expansión es una respuesta directa a los cambios dentro del mercado chino.

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La causa interna: Una guerra de precios en autos eléctricos

El impulso a las exportaciones de gasolina nace de una crisis interna. El gobierno chino subsidió masivamente a los fabricantes de vehículos eléctricos. Esto desató una “devastadora guerra de precios” que revolucionó el mercado local.

En pocos años, los vehículos eléctricos capturaron la mitad del mercado interno. Las ventas de autos a gasolina, tanto de marcas extranjeras como de fabricantes chinos tradicionales, se desplomaron. Empresas conjuntas como SAIC-GM vieron caer sus ventas en China de más de 1.4 millones de vehículos en 2020 a solo 435,000 en 2024.

Ante este panorama, los fabricantes tradicionales chinos encontraron una salida: exportar los vehículos de gasolina que ya no podían vender en casa.

Los actores principales: Los gigantes estatales a la cabeza

Los principales exportadores no son las nuevas marcas de vehículos eléctricos, sino los gigantes estatales tradicionales de la automoción china. Estas empresas se construyeron décadas atrás mediante alianzas forzadas con fabricantes extranjeros para acceder a su tecnología.

• SAIC: Sus exportaciones (principalmente de sus propias marcas, no de GM) aumentaron de 400,000 unidades anuales en 2020 a más de un millón el año pasado.
• Dongfeng: Sus exportaciones se cuadruplicaron en cinco años, alcanzando casi 250,000 vehículos el año pasado. Un gerente de la firma para Europa Central, Jelte Vernooij, admitió que estas ventas fueron “críticas” mientras sus ventas en China con Honda y Nissan entraban en una “espiral descendente”.
• Chery: Es el principal exportador de China. Sus ventas globales se dispararon de 730,000 a 2.6 millones de vehículos entre 2020 y 2024. Aproximadamente cuatro quintas partes de sus ventas son de vehículos a gasolina.

La confianza de estos actores reside en el respaldo estatal. Vernooij de Dongfeng lo resumió: “El hecho de que seamos estatales es clave. No hay duda de que sobreviviremos”.

Los mercados destino: donde la gasolina aún reina

Los autos chinos de combustión no compiten en mercados maduros como Europa Occidental o Estados Unidos. Su estrategia se centra en regiones con escasa infraestructura de carga para vehículos eléctricos y menor poder adquisitivo.

Los mercados objetivo incluyen Europa del Este, América Latina y África. En estos países, los vehículos chinos ofrecen una combinación atractiva: tecnología moderna a un precio inferior al de las marcas tradicionales. Nic Thomas, director de marketing europeo de Changan, explicó la flexibilidad de su estrategia: “Podemos adaptar nuestra oferta a cada mercado”.

México

Mientras los autos de gasolina se reemplazan cada 12 años y los eléctricos cada menos de cuatro, los híbridos duran unos ocho y su venta aumentó en México

Para los fabricantes chinos, estas exportaciones son ahora esenciales para su crecimiento y rentabilidad, compensando la caída en el mercado doméstico.

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Las implicaciones y el futuro: ¿Una transición a dos velas?

Este fenómeno tiene varias consecuencias importantes:

1. Competencia desleal percibida: Las automotrices occidentales enfrentan competencia en mercados emergentes de sus propios socios en China, empresas que se beneficiaron de su tecnología y ahora cuentan con respaldo estatal.
2. Doble estrategia china: Pekín aspira a dominar el mercado global de vehículos eléctricos a largo plazo. Pero, mientras tanto, permite y probablemente apoya que su industria tradicional de gasolina gane escala y cuota de mercado en el extranjero, financiándose con esas ventas.
3. Riesgo de sobreproducción: El mercado chino está, en palabras de Giles Taylor, vicepresidente de diseño de FAW, “tan sobrepoblado de fabricantes de automóviles” que está al borde de una “competencia feroz”. Algunas empresas podrían quebrar si un producto fracasa.

Un cambio de reglas en la industria global

La industria automotriz mundial enfrenta una reconfiguración sin precedentes. China no solo está redefiniendo el futuro con los vehículos eléctricos, sino que también está alterando el presente de los motores de combustión en los mercados emergentes.

La política industrial china ha creado un excedente masivo de vehículos de gasolina que ahora inunda el mundo, ofreciendo una opción asequible en países en desarrollo. Esto representa un desafío existencial para las automotrices tradicionales, que ven cómo su último bastión de ventas es disputado por los mismos socios que ayudaron a construir la industria china. El camino hacia la electrificación global parece ser, al menos por ahora, una carrera de dos velocidades.