El almirante Frank Bradley y la orden del segundo ataque: Cómo un comandante de operaciones especiales de EE.UU. Quedó en el centro de una polémica por muertes en el Caribe

EE.UU.- En medio de la tensa política de presión máxima del gobierno de Donald Trump hacia Venezuela, un nombre militar ha saltado al debate internacional. Según información de RT, el almirante Frank M. Bradley, jefe del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos, es señalado como el responsable directo de una controvertida decisión en una operación en el Caribe.

La operación, ejecutada el pasado 2 de septiembre, involucró un segundo ataque contra una embarcación previamente bombardeada. Este hecho ha generado acusaciones de posibles ejecuciones extrajudiciales por parte de países como Venezuela, Cuba y Colombia, así como por expertos de la ONU. Mientras las autoridades estadounidenses defienden la legalidad de la acción, el incidente ha desatado investigaciones en el Congreso y expuesto contradicciones dentro de la propia administración Trump.

La operación del 2 de septiembre: Dos ataques, una embarcación

Los eventos que pusieron al almirante Bradley bajo escrutinio ocurrieron en el mar Caribe. La operación fue dirigida contra una embarcación que, según el gobierno de Estados Unidos, estaba vinculada al narcotráfico.

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La Casa Blanca confirma doble ataque letal contra “narcolancha”: almirante Frank Bradley ordenó el segundo impacto que terminó con la vida de los supervivientes

• Primer ataque: Inicialmente, la embarcación fue atacada con misiles. El objetivo declarado era destruirla y eliminar la amenaza.
• Segundo ataque y la polémica: Tras el primer bombardeo, comandantes en terreno observaron que al menos dos personas habían sobrevivido y se aferraban a los restos del navío. Fue entonces cuando, de acuerdo con el Pentágono, el almirante Frank Bradley ordenó un segundo ataque. Este bombardeo resultó en la muerte de esos sobrevivientes.
• Balance oficial: El Departamento de Guerra de EE.UU. ha reconocido múltiples ataques similares en la región, con un saldo reportado de 82 personas fallecidas y 21 embarcaciones afectadas, todas calificadas como “narcolanchas”.

¿Quién es Frank M. Bradley? La trayectoria de un ‘Seal’ élite

Frank Bradley no es un oficial cualquiera. Su carrera está marcada por un ascenso dentro de las unidades más especializadas de las fuerzas armadas estadounidenses.

• ‘Origen y Formación: Originario de Eldorado, Texas, se graduó de la Academia Naval en 1991, donde estudió Física. Completó el riguroso entrenamiento para convertirse en ‘Navy SEAL’ (Sea, Air, and Land Teams) en 1992.
• Experiencia de combate y mando: Su hoja de servicio es extensa. Fue uno de los primeros en desplegarse en Afganistán tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Ha comandado fuerzas en todos los niveles, incluyendo el Comando Conjunto de Operaciones Especiales y el Comando Central de Operaciones Especiales.
• Perfil académico y de Estado Mayor: Posee una maestría en Física y obtuvo una patente por su investigación. También ha ocupado altos cargos de planificación estratégica en el Estado Mayor Conjunto, sirviendo como subdirector de operaciones globales y oficial ejecutivo del entonces jefe del Estado Mayor Conjunto.

3. La defensa oficial: “Actuó correctamente”

Tanto la Casa Blanca como el Pentágono han cerrado filas en torno a la figura del almirante Bradley y han justificado la operación.

• Postura de la Casa Blanca: La secretaria de prensa, Karoline Leavitt, afirmó que “el almirante Bradley” había actuado “correctamente dentro de su autoridad y de la ley”. Argumentó que el ataque fue una acción en “legítima defensa” para proteger a estadounidenses y sus intereses vitales, ejecutada en aguas internacionales.
• Apoyo del pentágono: La secretaria de prensa del Departamento de Defensa, Kingsley Wilson, respaldó esta versión. Sostuvo que Bradley tomó la decisión “bajo una autoridad clara y de larga data” y que fue “la decisión correcta”.
• Respaldo del Secretario de Guerra: Pete Hegseth, secretario de Guerra, fue contundente en su apoyo público. En la red social X, escribió: “El almirante... Bradley es un héroe estadounidense, un verdadero profesional y cuenta con mi apoyo al 100%”. Hegseth aseveró que respalda “las decisiones de combate que ha tomado”.

4. Las contradicciones y la investigación congresional

A pesar de la defensa unánime de sus subordinados, la narrativa oficial mostró fisuras desde la cúpula, generando más dudas sobre lo ocurrido.

• Las dudas de Trump: Cuando se le preguntó inicialmente sobre la legalidad de un posible segundo ataque, el presidente Donald Trump respondió: “Número 1, no sé si eso pasó”. Dijo que Hegseth “ni siquiera sabía de qué estaba hablando la gente” y que lo iban a investigar. Más tarde, citando a Hegseth, afirmó que este no había ordenado “la muerte de esos dos hombres”.
• Investigación en el congreso: La gravedad del incidente ha traspasado el ámbito ejecutivo. Tanto la Cámara de Representantes como el Senado de EE.UU. han iniciado investigaciones separadas sobre los dos ataques. Medios como NBC News y The Washington Post han reportado detalles que sugieren que la orden inicial de Hegseth habría sido “matarlos a todos”, lo que podría haber influido en la decisión de proceder con el segundo bombardeo.

Un caso que trasciende lo militar

La figura del almirante Frank Bradley se encuentra en la intersección de una operación militar controvertida, una defensa institucional firme y un escrutinio político creciente. Mientras sus superiores lo presentan como un profesional que cumplió con su deber bajo la ley, las investigaciones del Congreso y las reportadas contradicciones iniciales del presidente Trump dejan abiertas preguntas cruciales.

El caso ya no se trata solo de la acción táctica de un oficial. Ahora involucra interrogantes sobre la cadena de mando, la claridad de las órdenes y los límites del uso de la fuerza en la lucha contra el narcotráfico en aguas internacionales. El desenlace de las investigaciones legislativas podría determinar no solo la responsabilidad en este incidente, sino también establecer un precedente para operaciones futuras.