El secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth, anuncia que “apenas ha comenzado” sus ataques a embarcaciones narco en el Caribe
El funcionario afirmó que el objetivo es hundir barcos y enviar “narcoterroristas al fondo del océano”; legisladores investigan posible crimen de guerra.
WASHINGTON, Estados Unidos.- El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, declaró este martes que su país “apenas ha comenzado” los ataques militares contra embarcaciones de presuntos narcotraficantes en el Caribe y el Pacífico. Estas operaciones, iniciadas en septiembre, han dejado más de 80 muertos y son criticadas por ser consideradas ejecuciones extrajudiciales.
Hegseth defendió la estrategia durante una reunión de gabinete, asegurando que busca disuadir el tráfico de drogas “envenenando al pueblo estadounidense”. La polémica se centra en un segundo ataque realizado el 2 de septiembre contra una lancha con sobrevivientes, hecho que el Pentágono y la Casa Blanca justifican como legal, aunque congresistas de ambos partidos lo investigan como presunto crimen de guerra.
La declaración central: “Apenas hemos comenzado”
Durante la reunión de gabinete, Hegseth afirmó: “Apenas hemos comenzado a atacar barcos narco y a enviar a los narcoterroristas al fondo del océano porque han estado envenenando al pueblo estadounidense”. Reconoció una “pequeña pausa” en las operaciones, argumentando que “es difícil encontrar barcos para atacar en este momento, que es precisamente el objetivo, ¿no? La disuasión tiene que ser importante”.
El hecho más controvertido ocurrió el 2 de septiembre. Según reportes de medios estadounidenses, un ataque inicial dejó a dos personas con vida, quienes luego fueron eliminadas en un segundo ataque. Legisladores de ambos partidos han expresado preocupación de que esto pueda constituir un crimen de guerra, ya que el manual del Pentágono establece que combatientes “heridos, enfermos o náufragos” no deben ser atacados.
Hegseth se deslindó de la decisión operativa: declaró que “vio ese primer ataque” pero “no se quedó” antes del segundo debido a otra reunión. “No vi personalmente sobrevivientes”, afirmó, añadiendo que “eso estaba en llamas (...). Es lo que se llama la niebla de la guerra”.
La Casa Blanca y el Pentágono responsabilizan al almirante Frank Bradley, quien lidera el Comando de Operaciones Especiales. La secretaria de prensa Karoline Leavitt defendió que Bradley “actuó dentro de su autoridad y conforme a la ley al dirigir el ataque para garantizar que el barco fuera destruido y la amenaza a Estados Unidos eliminada”. Aseguró que Hegseth solo autorizó la campaña general, no ese ataque específico.
La secretaria de prensa del Pentágono, Kingsley Wilson, insistió este martes en que las operaciones “son legales tanto bajo la ley estadounidense como bajo la ley internacional, con todas las acciones en cumplimiento del derecho de conflictos armados”. Hegseth respaldó esta postura en una publicación reciente, afirmando que la acción militar está “en cumplimiento con la ley de conflicto armado y aprobada por los mejores abogados militares y civiles”.
El presidente Donald Trump aseguró que la entrada de drogas por vía marítima ha disminuido un 91% gracias a estos ataques. Sin embargo, la campaña ha generado más de 80 muertos y aumentado la tensión con países de la región, especialmente Venezuela. Su líder, Nicolás Maduro, acusa a Washington de usar el narcotráfico como pretexto para intentar derrocarlo. Maduro insiste en que Venezuela no produce drogas, sino que es una ruta forzada para la cocaína colombiana.
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Congresistas estadounidenses mantienen una investigación sobre la legalidad del segundo ataque. Mientras, Hegseth dejó claro que los ataques continuarán.
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