Autoridades de Hong Kong investigan negligencia y corrupción en incendio de complejo residencial Wang Fuk Court: analizan materiales inflamables, sistemas de seguridad deficientes, advertencias previas de residentes y antecedentes de sanciones en empresa constructora encargada del proyecto de renovación del edificio
Hasta el momento, la Comisión Independiente Contra la Corrupción ha detenido a tres personas encargadas y ocho vinculadas al proyecto de renovación.
El incendio que devastó el complejo Wang Fuk Court en los suburbios del norte de Hong Kong no fue un evento imprevisible.
Durante más de un año, residentes del complejo que albergaba a aproximadamente 4,800 personas habían expresado preocupaciones concretas sobre los materiales de seguridad utilizados en las renovaciones, específicamente acerca de las mallas que cubrían los andamios, según The Associated Press.
La advertencia ciudadana, documentada en quejas formales a las autoridades, no fue suficiente para prevenir la catástrofe que se desencadenó la tarde del miércoles, cuando las llamas envolvieron siete de las ocho torres del complejo en lo que se convertiría en el incendio más mortífero que Hong Kong haya experimentado en décadas.
Detenciones y responsabilidades empresariales
Las autoridades policiales arrestaron a tres hombres de una empresa constructora bajo sospecha de homicidio involuntario y negligencia grave. Posteriormente, la Comisión Independiente Contra la Corrupción intervino en el caso, deteniendo a estos mismos individuos y señalando su papel de liderazgo en las renovaciones.
La investigación anticorrupción ya había resultado previamente en la detención de siete hombres y una mujer vinculados al proyecto.
Aunque la policía no ha identificado oficialmente a la empresa empleadora de los sospechosos, documentos de la asociación de propietarios señalan a Prestige Construction & Engineering Company como responsable de las renovaciones.
Las autoridades han incautado cajas de documentos de la compañía, cuyas líneas telefónicas permanecían sin respuesta durante la investigación.
Materiales inflamables: el detonante de la tragedia
Las investigaciones preliminares apuntan a que el incendio se originó en la malla de andamiaje de nivel inferior de uno de los edificios. La rápida propagación se atribuye al uso de paneles de espuma altamente inflamables que cubrían las ventanas como parte de las renovaciones.
Chris Tang, secretario de Seguridad de la ciudad, explicó que las llamas encendieron los paneles de espuma, causando que el vidrio se hiciera añicos y permitiendo una intensificación veloz del fuego hacia los espacios interiores. Este factor crítico transformó una contención potencialmente manejable en una catástrofe de magnitudes históricas.
Inspecciones fallidas y multas insuficientes
El departamento de trabajo de Hong Kong confirmó haber recibido quejas sobre los materiales de seguridad y haber realizado 16 inspecciones al proyecto de renovación de Wang Fuk Court desde julio de 2024.
Los contratistas recibieron múltiples advertencias por escrito sobre el cumplimiento de requisitos de seguridad contra incendios, incluyendo una inspección realizada apenas una semana antes de la tragedia.
A pesar de estas supervisiones, la empresa constructora acumulaba antecedentes preocupantes: tres procesos judiciales habían sido iniciados contra la compañía por violaciones de regulaciones de seguridad para trabajos en altura, resultando en dos condenas con multas totales de 30,000 dólares de Hong Kong (aproximadamente $3,850 dólares americanos).
Además, la firma había sido multada en tres ocasiones durante 2023 por violaciones separadas no relacionadas con el proyecto Tai Po.
Fallos críticos en los sistemas de seguridad
Los equipos de primeros auxilios descubrieron que algunas alarmas de incendio en el complejo no sonaron durante las pruebas posteriores al siniestro. Andy Yeung, director de Servicios de Bomberos de Hong Kong, confirmó estas deficiencias.
La magnitud del incendio desbordó la capacidad de respuesta inmediata: los bomberos no lograron extinguir las llamas por completo hasta la mañana del viernes, aproximadamente 40 horas después del inicio del siniestro.
Durante las horas críticas, los equipos de rescate priorizaron apartamentos desde donde habían recibido llamadas de emergencia, aunque muchos resultaron inalcanzables durante el punto más álgido del fuego.
El costo humano: familias destrozadas y víctimas vulnerables
La tragedia ha dejado un saldo devastador: 128 víctimas mortales recuperadas, con 44 cuerpos aún pendientes de identificación. Aproximadamente 150 personas permanecen en paradero desconocido, mientras las autoridades han completado la búsqueda de supervivientes atrapados.
Entre las víctimas confirmadas se encuentran dos trabajadoras migrantes indonesias, y aproximadamente otros once migrantes de ese país que trabajaban como empleadas domésticas en el complejo residencial permanecen desaparecidas.
Historias desgarradoras emergen entre los sobrevivientes. Winnie Hui perdió a su bebé de seis meses, que se encontraba bajo el cuidado de su suegra de 68 años.
Según South China Morning Post, la desesperada madre había publicado numerosos llamados en redes sociales solicitando rescate para su hija, solo para descubrir trágicamente que tanto la niña como sus suegros habían fallecido.
Identificación de víctimas y duelo colectivo
Las autoridades han establecido un sistema de identificación de víctimas mediante álbumes de fotografías que muestran cuerpos carbonizados, una tarea particularmente desgarradora dado el significativo número de niños entre las víctimas.
Una mujer de 50 años identificada como Yeung relató cómo su hermana mayor le llamó suplicando ayuda minutos después del inicio del incendio.
A pesar de haber contactado inmediatamente a la policía con los datos específicos del apartamento, el fuego alcanzó la vivienda en apenas diez minutos, imposibilitando cualquier rescate.
Contexto histórico y significado comunitario
El incendio de Wang Fuk Court representa la tragedia más mortífera en Hong Kong desde 1996, cuando un incendio en un edificio comercial de Kowloon cobró 41 vidas, y el peor desde 1948, donde un incendio en un almacén causó 176 muertes, según el South China Morning Post.
Las ocho torres de Wang Fuk Court constituían un punto de referencia sentimental para los residentes del distrito Tai Po. Construido en 1983 bajo el esquema gubernamental de Vivienda en Propiedad del gobierno colonial, el complejo ofrecía viviendas subsidiadas para familias de ingresos bajos y medios, representando para muchos el acceso a la propiedad y la movilidad social ascendente.
Cuarenta y dos años después, la comunidad original había envejecido junto con el complejo. Muchos propietarios que estaban en su plenitud vital durante la adquisición de sus departamentos ahora eran adultos mayores que vivían solos o con cuidadores, precisamente el grupo demográfico más afectado por la tragedia.
Lecciones pendientes y responsabilidades por definir
Mientras Hong Kong llora a sus víctimas y baja sus banderas a media asta en señal de duelo, las investigaciones intentan determinar la cadena completa de responsabilidades.
La combinación de materiales inflamables, sistemas de seguridad deficientes, advertencias ignoradas y antecedentes sancionatorios insuficientemente disuasivos configura un escenario de negligencia sistemática que demandará profundas reformas regulatorias y rendición de cuentas institucional.
Las torres carbonizadas de Wang Fuk Court se erigen ahora como un monumento sombrío a las fallas prevenibles que convirtieron un proyecto de renovación destinado a dar nueva vida a una comunidad en el epicentro de una tragedia histórica.
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