Despiden a empleado de aeropuerto por repartir comida a personas sin hogar aunque esta era comida que no se vendía

Francia. — El despido ocurrió en marzo de 2025 en el aeropuerto de Marsella-Provenza, al sur de Francia, donde el trabajador de nombre Sabri trabajó durante 30 años. El alega haber actuado con conocimiento de sus superiores.

Un trabajador con tres décadas de experiencia en el aeropuerto de Marsella-Provenza, en el sur de Francia, fue despedido tras ser acusado de repartir alimentos no vendidos a personas en situación de calle. El hecho se registró en marzo de 2025 y ha generado controversia tanto en medios locales como en redes sociales, donde muchos cuestionan la medida tomada por la empresa.

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El empleado, identificado como Sabri (seudónimo), trabajaba para el Grupo SSP, operador de marcas como Starbucks y Pret A Manger en aeropuertos y estaciones ferroviarias. Según su testimonio, al finalizar su turno recogía sándwiches y otros productos que no se habían vendido y que estaban destinados a ser desechados, para entregarlos a personas sin hogar, así como a personal de limpieza y de seguridad del aeropuerto.

“Conozco a estas personas desde hace años”

Sabri declaró a France 3 que muchas de las personas a quienes ayudaba llevaban más de 20 años en situación de calle.

Conozco a una persona muy digna que ni siquiera pedía un vaso de agua,

—  relató.

También explicó que en ocasiones el personal de limpieza colaboraba con tareas adicionales como agradecimiento por recibir alimentos.

El despido se dio pese a que no actuó en secreto. Sabri aseguró que repartía los alimentos en zonas comunes del aeropuerto, frente a cámaras de circuito cerrado, y que tanto su jefe directo como el gerente de operaciones estaban al tanto. Además, mencionó que desechar los productos representaba un gasto para la empresa, ya que se requería trasladarlos a un contenedor especial fuera del aeropuerto.

La empresa alega violación de normas internas

A pesar de sus argumentos, el Grupo SSP defendió el despido señalando que los empleados no pueden sacar comida, incluso si está destinada a la basura, salvo que esté estipulado por contrato.

Dichos artículos deben desecharse en un contenedor designado y registrarse en el sistema de inventario el mismo día,

—   indicó un vocero de la empresa.

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Sabri no fue el único sancionado. Otros tres colegas también fueron despedidos por razones similares, y todos han presentado una queja formal ante la junta laboral. El ex empleado afirma no haber tenido conocimiento de que sus acciones violaban alguna norma y señaló que actualmente enfrenta dificultades para dormir a causa del despido.

Una decisión que abre debate sobre la ética laboral

Aunque las normas internas de una empresa son importantes, el caso ha puesto sobre la mesa la discusión acerca del desperdicio de alimentos y la responsabilidad social en espacios públicos como los aeropuertos. Mientras la empresa defiende su postura en función del reglamento, muchos ciudadanos han mostrado su apoyo a Sabri, quien afirma sentirse orgulloso de haber compartido comida con quienes más lo necesitaban.

Modelos de aprovechamiento que contrastan con el despido

El caso de Sabri contrasta con iniciativas vigentes en países como Italia, Bélgica y Francia, donde existen leyes que promueven la redistribución de alimentos no vendidos para combatir el desperdicio y apoyar a poblaciones vulnerables. En Francia, por ejemplo, desde 2016 se prohíbe a los supermercados tirar comida en buen estado, obligándolos a donarla a bancos de alimentos. Sin embargo, esta normativa no aplica en espacios como aeropuertos, donde las decisiones quedan en manos de operadores privados. El despido de Sabri reabre el debate sobre la necesidad de ampliar marcos legales que reconozcan el valor social de estas acciones y protejan a quienes las impulsan desde dentro, según información de La Vanguardia y Euro Food Bank.