¿Es posible ser “adicto” a la marihuana? La respuesta de la ciencia frente al estigma
Una de cada 10 personas puede tener este trastorno por cannabis y no saberlo
Un concepto erróneo persiste en la cultura popular: la creencia de que la marihuana no genera adicción. Este mito ha ganado terreno conforme más lugares legalizan su uso. Sin embargo, la evidencia médica presenta una realidad diferente. La información que sigue se basa en reportes de la agencia de noticias AP y especialistas en el tema.
La Dra. Smita Das, psiquiatra de adicciones de la Universidad de Stanford, es clara al respecto: “el cannabis es definitivamente algo a lo que cualquiera puede desarrollar una adicción”. A esta condición se le denomina trastorno por consumo de cannabis, y afecta a aproximadamente 3 de cada 10 personas que consumen la sustancia.
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Cómo saber si el consumo se ha convertido en un problema
Identificar el trastorno por consumo de cannabis implica observar el impacto en la vida diaria. Estas son algunas señales de alerta basadas en criterios de diagnóstico reconocidos:
- Necesidad de consumir más cantidad para lograr el mismo efecto que antes.
- Experimentar síntomas de abstinencia cuando no se consume, como irritabilidad, ansiedad o problemas para dormir.
- Pasar mucho tiempo consiguiendo la sustancia, consumiéndola o recuperándose de sus efectos.
- El consumo continúa a pesar de que causa problemas evidentes en el trabajo, la escuela o en las relaciones personales.
La Dra. Das lo explica así: “Cuando lo desglosamos en estos criterios que tienen que ver con los impactos de su uso, es mucho más comprensible”.
El factor de la potencia: Por qué la marihuana actual es diferente
El riesgo de desarrollar un trastorno no es el mismo para todos. Un factor crucial es la potencia de la sustancia.
“Cuanto más use alguien y mayor sea la potencia, mayor será el riesgo de que eso ocurra”, afirma la Dra. Das.
En las décadas pasadas, la marihuana solía contener menos del 5% de THC, su principal componente psicoactivo. En la actualidad, productos disponibles en dispensarios legales pueden superar el 40% de THC, lo que aumenta significativamente su potencial adictivo.
Los niveles de la adicción: De leve a grave
El trastorno por consumo de cannabis se diagnostica en diferentes niveles de gravedad:
- Trastorno Leve: Cuando se cumplen de 2 a 3 de los criterios mencionados.
- Trastorno Moderado: Cuando se cumplen de 4 a 5 criterios.
- Trastorno Grave: Cuando se cumplen 6 o más criterios.
Según datos nacionales, en 2024, el 7% de las personas mayores de 12 años en Estados Unidos fue diagnosticada con este trastorno. La gran mayoría presentó una forma leve.
Es importante distinguir entre dependencia física y adicción. La dependencia es la adaptación del cuerpo a la sustancia. La adicción incluye, además, cambios de comportamiento compulsivos a pesar de las consecuencias negativas.
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Caminos hacia la recuperación: Opciones de tratamiento y apoyo
Si usted o alguien que conoce identifica con estas señales, es crucial saber que existen vías de ayuda efectivas.
Terapias Profesionales:
- Entrevista Motivacional: Un tipo de consejería que ayuda a las personas a encontrar su propia motivación interna para cambiar.
- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): Ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento y conductas relacionados con el consumo.
Sistemas de apoyo comunitario:
- Grupos de Apoyo Mutuo: Programas como Marihuana Anónima ofrecen un marco estructurado basado en experiencias compartidas.
- Comunidades en Línea: Foros en internet, como el creado por Dave Bushnell en Reddit, reúnen a cientos de miles de personas en recuperación. Bushnell lo describe como “fumetas cuidando a fumetas”, destacando la importancia del apoyo entre pares.
La conclusión de los expertos es directa. La legalidad no equivale a inocuidad. Como concluye la Dra. Das, al igual que con el alcohol, “sólo porque algo sea legal no significa que sea seguro”. Reconocer el problema es el primer paso para buscar una solución
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