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¿Quién es Chen Zhi? El misterioso filántropo acusado de dirigir una organización criminal transnacional de estafas en línea y trata de personas

En octubre, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos imputó a Chen Zhi por conspiración para cometer fraude electrónico y lavado de dinero, inciando una gran operación internacional.

¿Quién es Chen Zhi? El misterioso filántropo acusado de dirigir una organización criminal transnacional de estafas en línea y trata de personas

Una serie de operaciones internacionales coordinadas ha logrado en cuestión de semanas lo que parecía imposible: hacer tambalear los cimientos de una vasta red criminal transnacional, liderada por la misteriosa figura de Chen Zhi, presidente del Prince Group (Grupo Príncipe) de Camboya.

Este imperio, oculto tras la fachada de un legítimo conglomerado empresarial, se sustentaba en la trata de personas, las estafas masivas y el fraude cibernético.

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¿Quién es Chen Zhi? El ascenso y la caída de un señor del crimen

Chen Zhi es el nombre en el centro de la tormenta judicial global. Nacido en la provincia de Fujian, China, su trayectoria es un relato de ambición desmedida y opacidad financiera.

De acuerdo con BBC, tras un inicio modesto con una empresa de videojuegos, emigró a Camboya alrededor de 2011, aprovechando el auge inmobiliario alimentado por capital chino.

Su ascenso fue meteórico y sospechoso. En 2014 obtuvo la ciudadanía camboyana, lo que le permitió adquirir tierras. Fundó el Prince Group en 2015, empresa enfocada en el desarrollo inmobiliario, y, en pocos años, expandió su imperio para incluir un banco (Prince Bank), aerolíneas, lujosas propiedades inmobiliarios y casinos. Adquirió pasaportes de Chipre y Vanuatu, facilitando su movilidad global.

Chen Zhi se integró astutamente en las altas esferas del poder camboyano, siendo nombrado asesor del entonces ministro del Interior, Sar Kheng, y del ex primer ministro Hun Sen.

Fue condecorado por el rey con el título de “Neak Oknha”, reconocimiento a hombres de negocios que puede significar noble o señor. Este título se recibe por las grandes contribuciones del individuo a la nación, siendo generalmente donaciones financieras.

El joven empresario era reconocido por los medios como un filántropo, debido a sus fundaciones de becas para estudiantes de bajos recursos y por su apoyo monetario a Camboya durante la crisis del Covid.

Sin embargo, siempre operó desde las sombras, cultivando una imagen de hombre reservado y carismático, mientras las autoridades internacionales afirman que su verdadera fortuna provenía de un negocio brutal: las estafas en línea y la trata de personas.

El inicio de la operación: Indictamentos y sanciones sin precedentes

Según The Nation, la campaña global se desató el 14 de octubre de 2025, cuando el Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DOJ) imputó a Chen Zhi por conspiración para cometer fraude electrónico y lavado de dinero.

Simultáneamente, Estados Unidos y el Reino Unido impusieron sanciones masivas contra él, 146 de sus asociados y más de 100 empresas, designando al Prince Group como una “organización criminal transnacional”.

Las acusaciones detallan que la “organización” de Zhi opera “centros de estafadores” en Camboya, donde miles de personas eran secuestradas, sometidas a abusos y forzadas a realizar estafas de “pig butchering”.

Estas estafas, que manipulan emocionalmente a las víctimas para que inviertan en criptomonedas falsas, han causado pérdidas billonarias a nivel mundial. Chen Zhi también es acusado de sobornar a funcionarios camboyanos con un yate valorado en 3 millones de dólares.

El golpe financiero: Incautaciones históricas de activos

La respuesta internacional fue rápida y contundente en el ámbito financiero:

  • 17 de octubre de 2025: Autoridades estadounidenses incautaron más de 127,000 Bitcoin vinculados a Chen Zhi, valorados en hasta 15,000 millones de dólares, en una de las mayores confiscaciones de activos digitales de la historia.
  • 20 de octubre de 2025: Bancos surcoreanos congelaron cuentas del Prince Group tras descubrir depósitos ocultos por valor de 90,000 millones de wones (unos 2,000 millones de baht tailandés).
  • 30 de octubre de 2025: La policía de Singapur aseguró activos por más de 150 millones de dólares singapurenses, incluyendo propiedades, un yate, 11 automóviles de lujo y licor de alta gama.
  • 4 de noviembre de 2025: Fiscalías en Taiwán incautaron bienes por valor de 4,500 millones de dólares taiwaneses, incluyendo 18 propiedades y 26 coches de marcas como Rolls-Royce y Ferrari. Ese mismo día, Hong Kong congeló activos por 2,750 millones de dólares hongkoneses vinculados a la red.

La conexión Myanmar: La sentencia a la familia Bai

Mientras se perseguía la red camboyana, China asestó un golpe decisivo a sus socios en Myanmar. El 5 de noviembre de 2025, un tribunal de Shenzhen sentenció a muerte a cinco altos miembros del clan Bai, incluido su líder Bai Suocheng. Esta familia dirigía 41 operaciones de estafa en la región de Kokang, causando pérdidas por 29,000 millones de RMB. Sus crímenes incluían homicidio y agresión grave, resultando en varias muertes.

Camboya: ¿Estado fallido o cómplice del crimen cibernético?

El caso Chen Zhi ha puesto una lupa sobre el papel de Camboya como presunto santuario para el crimen organizado. Según CNN, analistas internacionales describen al país como un “estado estafador de facto”, donde la industria del cibercrimen genera anualmente entre 12,500 y 19,000 millones de dólares, equivalentes a cerca del 60% de su PIB.

Informes de Amnistía Internacional y el Departamento de Estado de EE.UU. acusan al gobierno camboyano de ignorar sistemáticamente abusos a los derechos humanos, incluyendo esclavitud y trata de personas en los centros de estafa. Se estima que existen unos 300 de estos complejos, con una fuerza laboral esclavizada de hasta 200,000 personas.

A pesar de que el primer ministro Hun Manet estableció una comisión para combatir el problema, la desmantelación de la sociedad civil y los medios independientes en Camboya ha permitido que estas operaciones criminales florezcan con impunidad, muchas veces, según los informes, bajo la protección de altos funcionarios.

Un mensaje claro a las redes criminales

La operación global contra Chen Zhi y el Prince Group marca un punto de inflexión en la lucha contra el crimen organizado transnacional del siglo XXI. La coordinación sin precedentes entre Estados Unidos, Reino Unido, Singapur, Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y China demuestra que, aunque el dinero y el poder puedan comprar impunidad local, la presión internacional concertada puede derribar los imperios más opacos. El mensaje es claro: no hay lugar seguro para ocultar los frutos de la explotación y el fraude a escala global.

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