¿Qué pasa en Sudán, por qué hay masacres y qué relación tienen Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita?
El conflicto actual en Sudán estalló en abril de 2023 como resultado de una lucha por el poder entre el ejército regular (SAF) y la paramilitar RSF.

JARTUM, Sudán.- — Sudán, un país africano con una rica historia pero marcado por décadas de inestabilidad, se encuentra inmerso en una guerra civil que ha generado una de las peores crisis humanitarias del mundo actual.
Desde abril de 2023, el enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF, por sus siglas en inglés), lideradas por el general Abdel Fattah al-Burhan, y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), comandadas por Mohamed Hamdan Dagalo (conocido como Hemedti), ha causado decenas de miles de muertes, millones de desplazados y acusaciones de genocidio, de acuerdo con información de la CNN.

Este conflicto no solo es interno, sino que involucra influencias extranjeras, particularmente de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudita, que han exacerbado la violencia por intereses económicos y geopolíticos.
¿Qué está pasando en Sudán?
El conflicto actual en Sudán estalló en abril de 2023 como resultado de una lucha por el poder entre el ejército regular (SAF) y la paramilitar RSF, que anteriormente habían colaborado para derrocar al dictador Omar al-Bashir en 2019.
Tras un breve período de gobierno compartido, las tensiones escalaron cuando se intentó integrar a la RSF en el ejército, lo que Hemedti rechazó, temiendo perder influencia.
La guerra se ha concentrado en la capital, Jartum, y en regiones como Darfur, donde la violencia ha sido particularmente brutal.
Hasta noviembre de 2025, el conflicto ha matado al menos a 40,000 personas, aunque grupos de ayuda estiman que la cifra real podría ser varias veces mayor, superando los 150,000 fallecidos en algunos informes.
Más de 12 millones de personas han sido desplazadas, convirtiendo esto en la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con millones sufriendo hambruna y falta de acceso a ayuda humanitaria.

Al Jazeera reportó que en octubre de 2025, la situación en Darfur empeoró drásticamente cuando la RSF tomó el control de El Fasher, una ciudad clave, lo que llevó a intensos combates y advertencias de la ONU sobre “hostilidades intensificadas”.
Recientemente, la RSF aceptó una propuesta de tregua humanitaria de tres meses mediada por Estados Unidos, EAU, Arabia Saudita y Egipto, pero el SAF la rechazó, y los combates continúan, con explosiones reportadas cerca de Jartum. de acuerdo con CBS News.
La guerra ha destruido infraestructuras críticas, exacerbando la pobreza y el colapso económico en un país ya vulnerable.Las causas del conflictoLas raíces del conflicto se remontan a décadas de inestabilidad en Sudán, incluyendo la guerra civil entre el norte y el sur (que llevó a la independencia de Sudán del Sur en 2011) y el genocidio en Darfur en la década de 2000.
Tras el derrocamiento de al-Bashir, un consejo de transición militar-civil intentó democratizar el país, pero un golpe en 2021 restauró el dominio militar. La rivalidad entre Burhan y Hemedti, ambos exaliados de al-Bashir, se centró en el control de recursos como el oro, puertos y tierras agrícolas.

El conflicto es impulsado por divisiones étnicas, religiosas y económicas. La RSF, descendiente de las milicias Janjaweed árabes que cometieron atrocidades en Darfur, representa intereses árabes supremacistas, mientras que el SAF se alinea con islamistas del antiguo régimen.
Factores externos, como la intervención de potencias regionales, han prolongado la guerra, convirtiéndola en un proxy conflict donde se disputan influencias globales.

¿Por qué ocurren masacres en Sudán?
Las masacres en Sudán no son incidentes aislados, sino parte de una estrategia sistemática de violencia étnica y control territorial.
En Darfur, la RSF ha sido acusada de genocidio contra grupos no árabes como los Masalit, con reportes de matanzas masivas, violaciones sexuales y destrucción de aldeas.
En octubre de 2025, en El Fasher, se reportaron al menos 1,500 muertes en una sola ofensiva, descrita como un “verdadero genocidio” por observadores regionales.

Estas atrocidades se remontan al genocidio de Darfur en 2003-2005, donde las Janjaweed mataron a cientos de miles, y ahora se repiten con drones y mercenarios extranjeros.
Las razones incluyen el control de recursos: Sudán es rico en oro, que financia a las milicias, y tierras fértiles para agricultura. También hay un componente étnico-religioso, con ataques contra comunidades no árabes o no musulmanas devotas, enmarcados como “defensa del Islam”.
La impunidad internacional y el apoyo extranjero permiten que estas masacres continúen, exacerbando una crisis humanitaria donde millones enfrentan hambruna.
Grupos como la ONU han advertido que el silencio global cuesta vidas, con más de 150,000 muertos estimados en total.
El rol de los Emiratos Árabes UnidosLos EAU han sido el actor externo más influyente en el conflicto, apoyando a la RSF con armas, financiamiento y entrenamiento, a pesar de negar públicamente su involucramiento.

Inversiones previas en Sudán, como en agricultura y puertos, se remontan a la era de al-Bashir, cuando miles de sudaneses lucharon en Yemen para los EAU y Arabia Saudita.
Abu Dabi ve en la RSF un aliado para explotar el oro sudanés, que financia sus ambiciones globales, y para contrarrestar influencias islamistas.Reportes indican que los EAU han enviado armas disfrazadas de ayuda humanitaria y reclutado mercenarios colombianos, prolongando la guerra y contribuyendo a masacres en Darfur.
En 2025, enfrentando presión internacional por las atrocidades en El Fasher, los EAU admitieron errores en su política sudanesa, pero continúan mediando en treguas mientras benefician sus intereses.
Esta “subimperialismo” emiratí ha sido criticado por convertir Sudán en un campo de batalla proxy.
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La implicación de Arabia SauditaArabia Saudita apoya principalmente al SAF, junto con Egipto, proporcionando asistencia militar y financiera para contrarrestar la influencia de los EAU y mantener un equilibrio regional.
Riad ha invertido en Sudán para asegurar alimentos y recursos, y ha mediado en conversaciones de paz, como las de Yeda en 2023. Sin embargo, su rivalidad con los EAU se manifiesta en Sudán, donde cada uno respalda bandos opuestos, prolongando el conflicto.
Aunque menos agresivo que los EAU, el apoyo saudí al SAF incluye armas y diplomacia, y ha sido acusado de ignorar atrocidades para preservar influencia.
En la reciente propuesta de tregua, Arabia Saudita participó como mediador, pero el rechazo del SAF destaca las divisiones.
Esta dinámica refleja una “rivalidad saudí-emiratí” que usa Sudán como tablero geopolítico.
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Influencia internacional y esfuerzos de pazAdemás de los EAU y Arabia Saudita, otros actores como Rusia (a través del Grupo Wagner), Irán (apoyando al SAF) y Egipto complican el panorama.

Estados Unidos ha impulsado treguas, pero el silencio global ha permitido que las masacres continúen.
La ONU y grupos de derechos humanos llaman a investigaciones por crímenes de guerra, pero la impunidad persiste.
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