Donald Trump asegura que la cooperación con China es más beneficiosa que la confrontación

WASHINGTON, Estados Unidos.– Las relaciones entre Estados Unidos y China se caracterizan por una competencia constante, pero el presidente Donald Trump afirmó este domingo que la cooperación entre ambas potencias globales trae más beneficios que la confrontación directa.

Durante una entrevista con CBS News, Trump destacó que, aunque ambos países se observan mutuamente con atención, trabajar juntos podría ser más productivo que seguir un camino de confrontación.

El mundo es muy competitivo, especialmente cuando se trata de China y Estados Unidos. Siempre los observamos a ellos, y ellos a su vez siempre nos observan a nosotros. Creo que nos llevamos muy bien, y pienso que podemos llegar a ser más grandes, mejores y más fuertes trabajando con ellos, en lugar de simplemente eliminarlos del juego”, expresó el mandatario estadounidense.

—  Donald Trump.

Disputas comerciales: un balance de “irracionalidad”

Trump también se refirió a las disputas comerciales entre ambos países, reconociendo que tanto Washington como Pekín cometieron errores durante las negociaciones. Aseguró que ambos países fueron, en ciertos momentos, “irracionales” en sus enfoques para resolver las tensiones comerciales.

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“Hubo momentos de tensión, pero en general creo que podemos encontrar puntos de acuerdo, lo que podría beneficiar tanto a China como a Estados Unidos”, señaló el presidente.

El presidente Trump aprovechó la ocasión para resaltar su relación personal con su homólogo chino, Xi Jinping. A pesar de las dificultades ocasionadas por la pandemia de COVID-19, Trump afirmó que su vínculo con el líder chino se mantuvo sólido. “Tuvimos un momento tenso con la COVID... No me gustó. Pero, por lo demás, siempre hemos tenido una gran relación. Es una persona influyente”, comentó Trump.

Avances en las negociaciones comerciales

Las relaciones comerciales entre ambos países han experimentado altibajos a lo largo de los últimos años. Sin embargo, en mayo de este año, representantes de Pekín y Washington mantuvieron intensas negociaciones en Ginebra, donde alcanzaron un acuerdo para reducir los aranceles mutuos en un 115% por un plazo de 90 días. Como resultado, Estados Unidos redujo su arancel a los productos chinos al 30%, mientras que Pekín disminuyó los impuestos sobre las mercancías estadounidenses al 10%.

A lo largo del verano, ambas naciones acordaron prorrogar la suspensión de aumentos de aranceles por otros tres meses, lo que alivió temporalmente las tensiones comerciales.

Sin embargo, el 10 de octubre, la administración Trump amenazó con imponer un arancel del 100% a las importaciones provenientes de China, a partir del 1 de noviembre o antes. Esta medida se basaría en lo que Washington considera una “postura comercial agresiva” por parte de Pekín, lo que podría significar un nuevo golpe a las relaciones bilaterales.

La medida, que elevaría drásticamente los costos de los productos chinos en el mercado estadounidense, sigue siendo objeto de debate y podría tener repercusiones tanto para los consumidores como para las empresas de ambos países.

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A pesar de las amenazas de mayores aranceles y las diferencias aún existentes entre los dos gigantes económicos, Trump reiteró su esperanza de que las tensiones puedan resolverse mediante la cooperación. En este sentido, el presidente hizo un llamado a mantener una actitud pragmática, subrayando que, al final, la relación con China es clave no solo para la economía de ambos países, sino también para la estabilidad global.