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Pese al prolongado cierre de gobierno en EEUU, Donald Trump sigue invirtiendo en viajes y fiestas, sin dejar sus partidas de golf, mientras la economía retrocede

Mientras miles de empleados federales trabajan sin sueldo, el presidente Trump mantiene su ritmo habitual de viajes, golf y eventos en la Casa Blanca, marcando un contraste con cierres anteriores.

Pese al prolongado cierre de gobierno en EEUU, Donald Trump sigue invirtiendo en viajes y fiestas, sin dejar sus partidas de golf, mientras la economía retrocede

WASHINGTON.- Pese a que unos 750 mil empleados federales se encuentran con permiso sin sueldo y otros tantos trabajan sin recibir salario, las actividades del presidente transcurren con normalidad.

“Es como esa canción country: ‘A veces, caer se siente como volar por un rato’”, expresó Paul Begala, estratega demócrata y exasesor de Bill Clinton, aludiendo a la aparente calma de Trump en medio de la crisis. “Parecen pensar: ‘Hasta ahora, todo bien, amigo’”.

Durante cierres anteriores, los presidentes reducían sus agendas y buscaban mostrarse empáticos con los afectados. Esta vez, el contraste es evidente: la Casa Blanca continúa operando con buena parte de su personal activo y sin grandes señales de austeridad.

Salón de baile, golf y giras internacionales

En los últimos días, Trump ha realizado una gira de seis días por Asia, luego de una visita relámpago a Oriente Medio. Además, organizó una recaudación de fondos en el salón de baile de la Casa Blanca, valuado en 300 millones de dólares, y otra en su finca de Florida.

Mientras miles de empleados federales trabajan sin sueldo, Donald Trump mantiene su ritmo habitual de viajes, golf y eventos en la Casa Blanca, marcando un contraste con cierres anteriores. | AP

Otros miembros de su administración también han mantenido su ritmo de viajes:

  • El vicepresidente JD Vance visitó Israel.
  • La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, estuvo en Oregón.
  • El secretario de Defensa, Pete Hegseth, recorrió TOPGUN, la escuela de combate de élite de la Armada en Nevada.
El vicepresidente estadounidense, JD Vance, y su esposa, Usha Vance, llegan al aeropuerto Ben Gurion, en Lod, Israel. 21 de octubre de 2025. Nathan Howard/Pool vía REUTERS

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Según la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca, solo el 32% del personal de la Oficina Ejecutiva del Presidente fue suspendido temporalmente. En el cierre de 2018-2019, esa cifra alcanzó el 61%.Actualmente, la mitad del equipo de la Mansión Ejecutiva, incluidos mayordomos y asistentes, sigue trabajando. En el cierre anterior, más del 70% fue enviado a casa.

Trump incluso bromeó sobre el tema:

“Ni siquiera sé si se supone que deben estar trabajando, pero no faltarían ni un día”, dijo durante un evento reciente.

De las hamburguesas de McDonald’s a la alta cocina

Durante el cierre de 2018, Trump canceló su viaje navideño a Florida, suspendió partidas de golf y llevó hamburguesas y pizzas de McDonald’s y Domino’s para recibir a los jugadores de futbol americano de la Universidad de Clemson, debido a los permisos sin sueldo de su personal.

Esta vez, el escenario es distinto. El mandatario invitó a senadores republicanos a un almuerzo con hamburguesas preparadas por el propio personal de cocina.

En la Casa Blanca se come de maravilla”, aseguró Trump.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla durante una reunión de su gabinete en la Casa Blanca en Washington, Estados Unidos. 9 de octubre de 2025. REUTERS/Evelyn Hockstein/Foto de archivo

Un cambio de estrategia política

Algunos analistas sostienen que mantener la rutina puede favorecerlo políticamente.“Es un enfoque mucho más inteligente”, opinó Marc Short, exjefe de gabinete del vicepresidente Mike Pence.

Durante el cierre de su primer mandato, Trump provocó la paralización del gobierno al exigir fondos para construir el muro fronterizo con México. En aquel entonces, se adjudicó la responsabilidad públicamente.

La primera vez, fue bastante claro ante las cámaras: dijo que quería el cierre del gobierno. Se atribuyó la responsabilidad”, recordó Short. “¿Esta vez? La Casa Blanca ha dejado claro que no se responsabiliza”.

Begala, por su parte, recordó los cierres de 1995-1996 durante la presidencia de Clinton, cuando la presión política recaía directamente sobre el mandatario:

Gingrich y su partido creían que podían vencerlo, forzando recortes a Medicare con la amenaza del cierre”.

Hoy, el contraste es notorio: mientras los empleados federales enfrentan incertidumbre económica y el programa de asistencia alimentaria SNAP está por quedarse sin fondos, la Casa Blanca mantiene su ritmo de recepciones y viajes como si el gobierno no estuviera paralizado.

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