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Estados Unidos sanciona al presidente de Colombia, Gustavo Petro, y a su familia en una medida sin precedentes

“Toda una paradoja, pero ni un paso atrás y jamás de rodillas”, respondió el presidente colombiano ante las sanciones.

En una escalada diplomática que marca un punto de inflexión en las relaciones bilaterales, el gobierno de Estados Unidos anunció sanciones económicas contra el presidente colombiano Gustavo Petro, su esposa, uno de sus hijos y su ministro del Interior. La decisión surge tras las críticas públicas del mandatario a las operaciones militares de Donald Trump en el Caribe.

De acuerdo con The New York Times, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos hizo público el comunicado que oficializa las sanciones. Este tipo de medidas, típicamente reservadas para personas acusadas de narcotráfico grave o violaciones masivas de derechos humanos, congelan todos los activos en territorio estadounidense que posean los sancionados y prohíben a cualquier ciudadano o empresa norteamericana realizar transacciones con ellos.

Además del presidente Gustavo Petro, la lista incluye a:

  • Verónica Alcocer, su esposa.
  • Nicolás Petro, uno de sus hijos.
  • Armando Benedetti, actual ministro del Interior y antiguo aliado político.

Los argumentos de Washington: Acusaciones de “narcoterrorismo”

El fundamento público de las sanciones, según el Tesoro estadounidense, es que el presidente Petro ha “permitido que floreciera la producción de drogas” desde que asumió el cargo en 2022.

El comunicado oficial lo acusa de proporcionar “beneficios” a lo que denomina “organizaciones narcoterroristas” y señala que Colombia está “incumpliendo de manera demostrable” sus compromisos internacionales en la lucha contra las drogas.

El Departamento del Tesoro también vinculó a Petro con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en un intento por enmarcar su gobierno dentro de un eje regional crítico de Washington.

La raíz del conflicto: Críticas a los bombardeos de Trump

El detonante inmediato de esta crisis fue la postura abiertamente crítica que Petro mantuvo frente a la decisión del gobierno de Donald Trump de realizar bombardeos en el Caribe contra embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico. El presidente colombiano denunció que estos ataques han causado decenas de muertes, incluyendo ciudadanos colombianos, y los calificó como “asesinatos”.

Trump respondió a estas acusaciones calificando a Petro como un “líder ilegal del narcotráfico” y amenazando con cortar la ayuda estadounidense a Colombia, que ascendió a aproximadamente 377 millones de dólares en el año fiscal 2024. Un tercio de esta ayuda está destinada específicamente a la aplicación de la ley y al control de estupefacientes.

La visión de Petro: Un enfoque controversial en la lucha antidrogas

Gustavo Petro, un líder de izquierda y exmiembro de un grupo rebelde desmovilizado, ha construido su carrera política denunciando los vínculos entre el narcotráfico y la clase política. Su enfoque para enfrentar el problema de las drogas representa un cambio radical respecto a la política tradicional.

Petro aboga por una estrategia de desarrollo rural, que busque ofrecer alternativas económicas a los campesinos que cultivan coca, en lugar de depender de operaciones militares a gran escala.

Este enfoque ha sido calificado por sus críticos de la derecha colombiana como “blando” y se le señala como responsable del aumento en los cultivos de coca, una tendencia que, sin embargo, también se registró durante el gobierno de su predecesor, Iván Duque.

El presidente colombiano ha sido consistente en señalar la responsabilidad del consumo en Estados Unidos y, de forma paradójica, utiliza la misma palabra que Trump —“veneno”— para referirse a la cocaína.

La respuesta del presidente Petro: “Ni un paso atrás”

Frente al anuncio de las sanciones, la reacción de Gustavo Petro fue contundente. A través de su cuenta en la red social X, expresó la amarga paradoja de ser sancionado después de una lucha de décadas para impedir que la sociedad consumiera cocaína. Su mensaje cerró con una frase definitiva: “Pero ni un paso atrás y jamás de rodillas”.

Esta medida sin precedentes contra un presidente en ejercicio de uno de los principales aliados históricos de Estados Unidos en la región redefine por completo el mapa de las relaciones internacionales en América Latina y plantea un escenario de máxima tensión entre ambos países.

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