Sobrevive el científico mexicano Mauricio Hoyos al ataque de tiburón durante investigación en Isla del Coco
El investigador Mauricio Hoyos sufrió 27 heridas en total tras la mordedura de un tiburón durante labores de marcaje.
El biólogo marino Mauricio Hoyos experimentó lo impensable durante una expedición científica en la Isla del Coco, Costa Rica, cuando un tiburón de Galápagos de 2.7 metros lo atacó mientras realizaba labores de marcaje para investigación conservacionista, según información de The New York Times.
El incidente, que ocurrió a 37 metros de profundidad, representa un extraordinario relato de supervivencia que ha conmocionado a la comunidad científica internacional. Hoyos, con tres décadas de experiencia estudiando tiburones, enfrentó el momento más crítico de su carrera.
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El ataque: Segundos de terror en las profundidades
Durante la sexta jornada de inmersión de la expedición, el científico de 48 años se encontraba marcando ejemplares de tiburón de Galápagos cuando uno de ellos reaccionó de manera inesperada.
Tras colocar exitosamente una marca en la base de la aleta dorsal del animal, el tiburón giró bruscamente y se abalanzó sobre él con las fauces abiertas.
En cuestión de segundos, la cabeza completa del investigador quedó atrapada dentro de la boca del escualo. El tiburón, tras sentir el cráneo del científico, lo liberó inmediatamente y se alejó nadando. Este comportamiento defensivo, según explicó posteriormente Hoyos, fue probablemente una reacción de sorpresa ante el proceso de marcaje.
Las consecuencias: 27 heridas y un escape milagroso
El breve pero violento encuentro dejó graves secuelas en el investigador. El tiburón dañó su máscara de buceo, torciéndola, y cortó las mangueras de aire de su equipo con sus dientes. La sangre y el agua llenaron inmediatamente su visibilidad, sumergiéndolo en una situación de extrema vulnerabilidad.
Hoyos sufrió un total de 27 heridas en el cuero cabelludo y el rostro, correspondientes a cada uno de los dientes del animal que penetraron su piel. A pesar del shock y la pérdida de sangre y aire, mantuvo la calma y comenzó un ascenso controlado para descomprimirse adecuadamente, demostrando su experiencia en situaciones de emergencia subacuática.
La heroica supervivencia y el rescate
Al alcanzar la superficie, el equipo de investigación lo auxilió inmediatamente, subiéndolo a bordo de la embarcación. Fue trasladado urgentemente a la Isla del Coco, donde recibió primeros auxilios por parte de médicos del parque nacional antes de ser evacuado a tierra firme.
Actualmente, Hoyos se recupera en un hospital de San José, Costa Rica, donde espera ser intervenido quirúrgicamente de la mandíbula, además de haber recibido puntos para cerrar las heridas en el cuero cabelludo y rostro.
Contexto de la investigación científica
Mauricio Hoyos se desempeñaba como científico jefe de una expedición dedicada a estudiar los patrones migratorios de tiburones a lo largo de una cadena montañosa submarina frente a la Isla del Coco. La investigación, que busca fundamentar la necesidad de proteger a estas especies de la pesca comercial, es desarrollada por su organización Pelagios Kakunjá, con sede en La Paz, México, en colaboración con Fins Attached Marine Research and Conservation.
Alex Antoniou, director de Fins Attached, destacó que la reacción de Hoyos fue notablemente diferente a la de un buceador común, dado su profundo entendimiento del comportamiento de los tiburones. “Es la naturaleza silvestre”, comentó Antoniou, “es impredecible”.
El tiburón de Galápagos, como depredador ápice, normalmente no muestra temor hacia los humanos, lo que facilita su marcaje para fines científicos. Sin embargo, este incidente demuestra que incluso los investigadores más experimentados enfrentan riesgos inherentes al trabajar con vida silvestre en su hábitat natural.
El científico, quien ha marcado innumerables especies peligrosas como tiburones blancos y tigre a lo largo de su carrera, enfatizó que este fue el primera mordedura que ha experimentado en sus 30 años de trabajo, subrayando que el tiburón actuó por defensa y no por agresión gratuita.
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