La sombra de Epstein vuelve a la monarquía británica, nuevas pruebas comprometen a miembros de la realeza
Nuevos correos muestran la relación entre el duque de York, su exesposa y el magnate Jeffrey Epstein; miembros de la familia real y un exembajador británico aparecen ligados a favores y dinero según el autor Andrew Lownie
Los correos y el nuevo libro
De acuerdo con información de Proceso, nuevos correos electrónicos del magnate estadounidense y el libro El ascenso y la caída de la Casa de York, del autor Andrew Lownie, ponen de relieve una supuesta relación estrecha entre el duque de York, Sarah Ferguson y Jeffrey Epstein, que habría incluido favores y movimientos de dinero. El autor afirmó en rueda de prensa que “no hay duda” de ese vínculo polémico.
Los documentos y comunicaciones filtradas suman a la serie de revelaciones que han ligado a Epstein con figuras de alto perfil —desde miembros de la familia real británica hasta diplomáticos— y reavivan preguntas sobre el alcance de esos lazos y los beneficios que pudieron obtener quienes los mantuvieron.
El duque de York y las acusaciones abiertas
El duque de York, Andrew, quedó en el ojo público tras su entrevista con la BBC, y en 2019 fue despojado de títulos reales y apartado de la vida pública por el impacto del escándalo vinculado a su amistad con Jeffrey Epstein. Andrew fue acusado por Virginia Giuffre de abuso sexual en tres ocasiones; Giuffre se suicidó en abril de este año. En 2022, Giuffre y Andrew alcanzaron un acuerdo por 16 millones de dólares para evitar un juicio civil en Nueva York.
El caso y la foto en la que Andrew aparece abrazando a Giuffre, entonces menor de edad, han seguido afectando la imagen pública del duque y marcado su trayectoria desde entonces.
Sarah Ferguson: correos y contradicciones públicas
El escándalo también alcanzó a Sarah Ferguson. En un correo del 26 de abril de 2011, publicado por medios británicos, Ferguson le pide perdón a Epstein por criticarlo en una entrevista del 7 de marzo de 2011:
“Como sabes, no dije, absolutamente no, la palabra P (pedófilo), sobre ti”.
En la misma comunicación añade: “sé que te sientes terriblemente defraudado. Siempre has sido un amigo fiel, generoso y excepcional para mí y mi familia”. Un vocero de Ferguson dijo que el mensaje buscaba evitar una acción legal por parte de Epstein.
Semanas antes, Ferguson había prometido distanciarse públicamente y declaró:
“Lamento profundamente que Jeffrey Epstein se haya involucrado de alguna manera conmigo. Aborrezco la pedofilia y cualquier abuso sexual infantil, y sé que esto fue un tremendo error de juicio por mi parte”.
Pese a esas declaraciones, la correspondencia sugiere una relación más compleja. Lownie llega a afirmar: “No hay duda de que Andrew y Sarah Ferguson estaban profundamente involucrados con Epstein. Intentaron distanciarse. Fingieron que solo se conocieron a finales de la década de 1990. Lo conocieron 10 años antes”.
Tras la revelación del correo en el que Ferguson pide perdón, siete organizaciones benéficas que atienden menores y otras causas la removieron como patrona o figura pública asociada.
Peter Mandelson y otros vínculos diplomáticos
Los correos también apuntan a conexiones con diplomáticos. El exembajador británico en Washington Peter Mandelson fue forzado a renunciar tras publicaciones que mostraron su cercanía con Epstein. En documentos recuperados de la cuenta de Epstein aparece a Mandelson aconsejando al magnate sobre su defensa legal:
“hay que ser increíblemente resiliente, luchar por una liberación anticipada y ser filosófico”.En otra comunicación, Mandelson escribió: “estás contraatacando, así que necesitas estrategia, estrategia, estrategia. Recuerda el arte de la guerra”.
Esas comunicaciones generaron la polémica que precipitó cuestionamientos políticos y la salida de Mandelson del gobierno en pleno momento diplomático sensible.
Beneficios económicos y la “Casa de York” bajo escrutinio
Andrew Lownie, autor de Entitled: The Rise and Fall of the House of York, documenta lo que considera transacciones opacas y beneficios económicos vinculados al rol del duque de York como enviado especial de comercio. Lownie sostiene que:
“los York tienen dinero que no pueden explicar”.
El libro y los correos relatan supuestas gestiones y pagos que habrían favorecido a Andrew y a su exesposa. Entre las acusaciones figura la supuesta provisión de acceso y pagos por parte de personas cercanas a Epstein, y hasta presuntos vínculos con el ciudadano chino Yang Tengbo, a quien Lownie describe como beneficiario de información del príncipe.
Reacciones y consecuencias públicas
Las revelaciones han provocado reacciones inmediatas: cuestionamientos políticos, retirada de patronazgos y una nueva ola de interés mediático sobre los vínculos entre Epstein y varias figuras de la élite. Lownie reclama acceso a archivos oficiales que, según él, han sido cerrados pese a lo que marca la Ley de Registros Públicos: “Todo esto forma parte de lo que yo llamaría una conspiración para proteger a la familia real, la dignidad de la familia real, y permitirles salirse con la suya”, dijo el autor.
A la fecha, no existe certeza de que estas filtraciones cierren el capítulo sobre las conexiones de Epstein con la monarquía británica o sobre la posible implicación directa de figuras como Andrew o Ferguson en actos delictivos. El debate público y las investigaciones periodísticas continúan.
¿Qué significa para la monarquía y la política británica?
Las revelaciones abren preguntas sobre el control del acceso a archivos, la transparencia en nombramientos oficiales y el escrutinio público sobre la conducta de personas que han ocupado cargos de representación. Las respuestas institucionales —desde la retirada de patronazgos hasta la exigencia de explicaciones públicas— marcan un impacto reputacional significativo que ha debilitado aún más la posición pública del duque de York.
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