Tres monjas octogenarias huyen de residencia de ancianos para regresar a su convento en Austria
Monjas vuelven al convento Kloster Goldenstein, a las afueras de Salzburgo, donde pasaron la mayor parte de su vida.

SALZBURGO.- De acuerdo con BBC, en un acto de determinación y amor por su hogar espiritual, tres monjas austriacas de más de 80 años escaparon de la residencia de ancianos donde habían sido ubicadas y regresaron por su cuenta al convento donde pasaron la mayor parte de sus vidas. Las hermanas Bernadette (88), Regina (86) y Rita (82) son las últimas religiosas del Convento Kloster Goldenstein, en Elsbethen, a las afueras de Salzburgo.
La fuga: Un regreso a casa contra todo pronóstico
Las hermanas, con la ayuda de antiguas alumnas y un cerrajero, recuperaron el acceso a su antiguo hogar en septiembre, después de haber sido trasladadas forzosamente en diciembre de 2023. Aseguran que no se les consultó sobre la decisión y que se violó su derecho a permanecer en el convento hasta el final de sus días.
“He sido obediente toda mi vida, pero esto fue demasiado”, declaró la hermana Bernadette, quien llegó al convento por primera vez en 1948 como estudiante.
Estoy tan contenta de estar en casa. Siempre estaba nostálgica en la residencia. Ahora me siento feliz y agradecida de estar de regreso”, añadió la hermana Rita.
Una vida dedicada a la educación y la fe
Las tres religiosas tienen una larga historia vinculada al Schloss Goldenstein, un castillo que funciona como convento y escuela desde 1877. La hermana Bernadette estudió allí de joven y coincidió con la actriz austriaca Romy Schneider. Más tarde, las tres se dedicaron a la enseñanza en el centro: la hermana Regina incluso llegó a ser directora.
Con los años, el número de monjas disminuyó, y en 2022 el edificio fue traspasado a la Archidiócesis de Salzburgo y al Monasterio de Reichersberg. La comunidad religiosa se disolvió oficialmente a principios de 2024.
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La respuesta de las autoridades eclesiásticas
Markus Grasl, prepósito del monasterio de Reichersberg y superior de las monjas, calificó la decisión de regresar como “incomprensible” y “una escalada”. En un comunicado, insistió en que las instalaciones del convento ya no son habitables y no cumplen con los requisitos para una atención adecuada.
Grasl defendió que el traslado se realizó por motivos de salud, argumentando que las condiciones físicas de las religiosas hacían imposible que vivieran de forma independiente. Aseguró que la residencia les brindaba “cuidados médicos profesionales y esenciales”.
La solidaridad de sus antiguas alumnas
La vuelta de las monjas no habría sido posible sin la red de apoyo formada por exalumnas, que facilitaron el transporte, llevan alimentos y las visitan regularmente. Una de ellas, Sophie Tauscher, afirmó:
Goldenstein sin las monjas simplemente no es posible... Ellas cambiaron muchas vidas para bien”.
Aunque al llegar no había electricidad ni agua, estos servicios se han restablecido parcialmente. Las religiosas han sido revisadas por médicos y reciben apoyo constante.
Firmeza en su decisión
Las monjas han dejado claro que no piensan volver a la residencia.
Antes de morir en ese hogar de ancianos, prefiero irme a un prado y entrar así en la eternidad”, declaró la hermana Bernadette.
Videos compartidos en Instagram muestran a las tres religiosas rezando, asistiendo a misa, comiendo o bajando la empinada escalera del convento ya que el salvaescaleras que usaban fue retirado después de su partida.
La historia de su regreso se ha viralizado, convirtiéndose en un símbolo de resiliencia y fidelidad a las raíces.
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