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Huachicol: La historia de los Jensen, la familia de Utah que traficó 2 mil 900 cargamentos de petróleo crudo de México a Texas

Documentos judiciales señalan que la familia utilizaba barcos y camiones tanque para cruzar la frontera, presuntamente por puertos y aduanas de Tamaulipas.

Huachicol: La historia de los Jensen, la familia de Utah que traficó 2 mil 900 cargamentos de petróleo crudo de México a Texas

ESTADOS UNIDOS.- Durante tres años, la familia Jensen, originaria de Utah, introdujo de manera ilícita 2.881 cargamentos de petróleo crudo desde México hacia Estados Unidos, disfrazando el producto como lubricantes y destilados para evadir impuestos en la frontera.

Según El País, la operación, conocida en México como huachicol fiscal, generó ganancias por 300 millones de dólares y contó con el respaldo del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), al que los contrabandistas pagaban una contraprestación.

Lo inusual del caso es que los Jensen invirtieron la ruta tradicional del tráfico de combustible.

Mientras la mayoría de los contrabandistas llevan gasolina y diésel de norte a sur, desde Texas hacia México, el clan familiar envió petróleo mexicano hacia Estados Unidos, construyendo una fortuna en tiempo récord.

Documentos judiciales señalan que la familia utilizaba barcos y camiones tanque para cruzar la frontera, presuntamente por puertos y aduanas de Tamaulipas.

La caída de un “imperio” petrolero

El FBI desarticuló la red en abril pasado, tras meses de investigación. Los Jensen operaban a través de su compañía Arroyo Terminals LLC, con sede en Rio Hondo, Texas, donde almacenaban el crudo robado por el CJNG a Pemex mediante ordeña de ductos y terminales.

Documentos judiciales señalan que la familia utilizaba barcos y camiones tanque para cruzar la frontera, presuntamente por puertos y aduanas de Tamaulipas.

El patriarca, James Lael Jensen, de 68 años, considerado un magnate petrolero, encabezaba el esquema junto a su esposa, Kelly Anne, y sus hijos Maxwell Sterling (alias Max) y Zachary Golden. Todos fueron acusados por la Fiscalía de Estados Unidos de conspiración para blanquear dinero y contrabando mediante declaraciones falsas.

Vínculos con el crimen organizado mexicano

Los fiscales describen a James Jensen como un empresario con conexiones directas en México.

“James Jensen tiene relaciones de negocios con personas que él sabe que trabajan con organizaciones criminales en México. Cualquier empresa que provee petróleo fuera de las regulaciones del Gobierno mexicano solo puede obtener el crudo a través de los carteles”, sostiene la acusación.

Al menos 47 millones de dólares fueron transferidos desde cuentas de los Jensen a empresas mexicanas, lo que llevó a la Fiscalía a considerarlos “patrocinadores” del CJNG.

En consecuencia, además del contrabando, enfrentan cargos de financiamiento al terrorismo, un delito con mayores repercusiones legales.

Bienes millonarios bajo la lupa

El Gobierno de Donald Trump busca confiscar todas las propiedades y recursos obtenidos mediante el negocio ilícito.

Entre ellos se encuentran las cuentas bancarias de Arroyo Terminals LLC y Big Hog Energy LLC, cuatro barcos de transporte, tres camiones de Jentran LLC, vehículos de lujo y una mansión en Utah valuada en 9,1 millones de dólares.

También se mencionan bienes en las Bahamas, fuera del alcance de la justicia estadounidense.

Arrestos y posible condena

James y Kelly Anne Jensen fueron detenidos en abril en su residencia de Utah, mientras que sus hijos fueron capturados en Texas.

Los cuatro enfrentan hasta 20 años de prisión y multas conjuntas por dos millones de dólares si son hallados culpables.

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Un fenómeno compartido entre dos países

El caso Jensen expone la dimensión binacional del huachicol.

Mientras México pierde millones de barriles de crudo robados a Pemex, en Estados Unidos se documenta cómo empresas y familias enteras se benefician del contrabando de hidrocarburos.

A los problemas históricos de migración, narcotráfico y tráfico de armas en la frontera, se suma ahora un nuevo capítulo: el huachicol fiscal, un negocio criminal que une a ambos países y que, en este caso, convirtió a una familia estadounidense en aliada de uno de los cárteles más poderosos del mundo.

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