¿Qué fue lo que pasó? Crisis en planta de Hyundai en EEUU por detención masiva de trabajadores indocumentados por ICE
Una redada de inmigración en la planta de Hyundai en Georgia resultó en la detención de 475 trabajadores, la mayoría surcoreanos.

CIUDAD DE MÉXICO.-El jueves 4 de septiembre, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. (ICE) ejecutaron una redada masiva en la fábrica de baterías para vehículos eléctricos de Hyundai, ubicada dentro de su complejo industrial en Bryan County, Georgia. La operación resultó en la detención de 475 trabajadores, de los cuales más de 300 eran ciudadanos surcoreanos. El resto provenía de países como México, Guatemala, Colombia, Chile, Ecuador y Venezuela.
Las autoridades federales describieron la acción como la “operación de aplicación de ley en un solo sitio más grande en la historia de las Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI)”.
La posición de la empresa y los trabajadores: Visas B-1 de negocios
Según el abogado de inmigración Charles Kuck, quien representa a varios de los detenidos, muchos de los trabajadores surcoreanos arrestados eran ingenieros e instaladores de equipos altamente especializados. Su argumento central es que estos empleados ingresaron a Estados Unidos con visas de visitante de negocios B-1, que les autorizan a realizar actividades específicas como instalar, reparar o capacitar en el uso de maquinaria compleja.
- Kuck afirmó que su trabajo era esencial para poner en marcha la nueva planta de baterías, ya que la maquinaria requerida no se fabrica en EE. UU. y su instalación requiere conocimientos muy específicos.
- Sostuvo que su estancia estaba planeada para ser temporal, de apenas unas semanas y “nunca más de 75 días”, lo que encajaría dentro del marco de una visa B-1.
La acusación: Abuso de las reglas laborales y de inmigración
Por otro lado, sindicatos y defensores de derechos laborales acusan a Hyundai y a sus contratistas de abusar del sistema de visas para explotar mano de obra inmigrante más barata.
- Christi Hulme, presidenta de un consejo de trabajadores local, declaró que los sindicatos habían presentado quejas alegando que los trabajadores coreanos no solo realizaban labores especializadas, sino también trabajos de construcción básica como verter cemento, armar estructuras de acero y colocar tuberías. Este tipo de tareas están expresamente prohibidas para los titulares de visas B-1 y deben ser realizadas por trabajadores locales o con permisos de trabajo específicos.
- La Unión United Auto Workers (UAW) emitió un comunicado condenando a Hyundai por su "vergonzoso historial en seguridad laboral“, citando la muerte de tres trabajadores en los últimos dos años y acusando a la empresa de ”depender de la explotación de la mano de obra inmigrante" para construir sus fábricas y cadenas de suministro.
La reacción internacional y política
El incidente ha generado una fuerte tensión diplomática entre Corea del Sur y Estados Unidos.
- El ministro de Relaciones Exteriores surcoreano, Cho Hyun, viajó urgentemente a EE. UU. para reunirse con el Secretario de Estado, Marco Rubio, calificando la redada de "un asunto muy serio“.
- Legisladores surcoreanos expresaron su conmoción y preocupación, cuestionando cómo las empresas de su país pueden sentirse seguras para invertir en EE. UU. si sus empleados son detenidos en "operaciones casi militares“. Incluso se sugirieron investigaciones de represalia contra estadounidenses que trabajen ilegalmente en Corea del Sur.
- Las autoridades de Bryan County se desvincularon del operativo, emitiendo un comunicado en el que afirmaron no tener injerencia en las prácticas laborales de Hyundai, pero esperando que todas las empresas cumplan con la ley.
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El impacto humano y social
La redada tuvo un impacto traumático en la comunidad de trabajadores.
- Activistas como Daniela Rodríguez relataron que los empleados describieron una escena de alto despliegue con agentes armados, drones, helicópteros y vehículos militares, lo que les hizo sentirse "como animales siendo cazados“.
- Las familias de los detenidos, incapaces de contactarlos, han saturado las líneas de ayuda de organizaciones pro-inmigrantes.
- Incluso los trabajadores que no fueron detenidos se sienten inseguros para regresar a sus empleos, creando un clima de miedo e incertidumbre.
¿Qué pasará ahora?
Después de las gestiones diplomáticas, Corea del Sur y EE. UU. llegaron a un acuerdo para liberar a los detenidos y facilitar su regreso a su país de origen. La aerolínea Korean Air incluso despachó un avión Boeing 747-8i para repatriarlos.
El caso expone una compleja intersección entre la necesidad de mano de obra especializada para grandes inversiones industriales, las estrictas leyes de inmigración estadounidenses y las acusaciones de que las corporaciones pueden explotar los vacíos legales en perjuicio de los trabajadores. Si bien los empleados serán repatriados, el incidente deja una huella profunda en las relaciones laborales y diplomáticas, y probablemente llevará a una mayor escrutinio sobre las prácticas de contratación de Hyundai y otras empresas multinacionales en EE. UU.
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