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EEUU: Acusan a ex funcionaria penitenciaria de enviar libros con drogas a 14 prisiones de Carolina del Sur

Las autoridades detallaron que los paquetes fueron enviados desde la oficina de correos de Woodruff entre marzo y junio de 2025, y posteriormente distribuidos en distintas prisiones del estado.

EEUU: Acusan a ex funcionaria penitenciaria de enviar libros con drogas a 14 prisiones de Carolina del Sur

ESTADOS UNIDOS.- Un exrecluso, su hermano y una exfuncionaria penitenciaria fueron arrestados y acusados de dirigir una red de contrabando de drogas que alcanzó a más de una docena de prisiones en Carolina del Sur.

Según las órdenes de arresto, los implicados usaron paquetes disfrazados de libros para introducir cientos de tiras de cannabinoides sintéticos y Suboxone en 14 centros penitenciarios.

Las autoridades detallaron que los paquetes fueron enviados desde la oficina de correos de Woodruff entre marzo y junio de 2025, y posteriormente distribuidos en distintas prisiones del estado.

Al menos 20 reclusos recibieron el material ilícito.

Imágenes de videovigilancia la muestran entregando los envíos sospechosos en la oficina postal de Woodruff.

Los acusados

El Departamento de Correccionales de Carolina del Sur identificó a la exfuncionaria como Shataysha Quneeka Lewis, de 36 años, quien trabajó en la Institución Correccional Evans hasta 2019.

Enfrenta cargos por posesión de Suboxone con intención de distribuir, posesión de marihuana sintética, suministro de contrabando a reclusos y conspiración criminal.

El segundo acusado es Devin Jamaal Kershaw, de 41 años, un exrecluso que pasó casi dos décadas en prisión por secuestro y otros delitos antes de salir en libertad en 2022.

Ahora se le acusa de posesión de Suboxone, tenencia de arma de fuego como delincuente, suministro de contrabando y conspiración.

El tercero es Coure Romaine Terry, hermano de Kershaw, de 36 años, señalado por posesión de marihuana con intención de distribuir.

Evidencias del caso

De acuerdo con los documentos judiciales, Lewis habría orquestado el envío de los paquetes en complicidad con los hermanos.

Imágenes de videovigilancia la muestran entregando los envíos sospechosos en la oficina postal de Woodruff.

La investigación también incluyó declaraciones de varios reclusos, mensajes y llamadas interceptadas del sistema telefónico de la prisión, así como teléfonos celulares de contrabando recuperados en los centros penitenciarios.

Investigación conjunta

El operativo fue resultado de la cooperación entre la Unidad de Investigación Postal de Estados Unidos, la Oficina del Sheriff del Condado de Spartanburg y el Departamento de Policía de Woodruff, según informó el Departamento de Correccionales estatal.

“Luchamos a diario contra las maquinaciones de delincuentes que intentan introducir contrabando en nuestras cárceles, y no lo toleraré”, declaró Joel Anderson, director del Departamento de Correccionales de Carolina del Sur.

“Estas drogas están envenenando a nuestros reclusos y representan un peligro para nuestro personal. Agradezco que estemos responsabilizando a estas personas por las situaciones perjudiciales que crean”.

Un patrón creciente

Este caso se suma a otros similares en los últimos años.

En marzo de 2025, una mujer neoyorquina se declaró culpable de fabricar cannabinoides sintéticos y enviar documentos contaminados con drogas a reclusos de distintas cárceles.

En agosto de 2024, un funcionario penitenciario de Chicago fue acusado de intentar introducir materiales similares en la cárcel del condado de Cook.

En 2022, una mujer sudafricana fue sentenciada a u año de prisión por contrabandear paquetes contaminados con drogas a prisiones de Ohio.

Estudio sobre el consumo de drogas

La población carcelaria de Estados Unidos mantiene una estrecha relación con los delitos vinculados al consumo de drogas.

Según National Institute on Drug Abuse, investigaciones recientes indican que alrededor del 65% de las personas privadas de libertad presentan un trastorno activo por consumo de sustancias.

Además, otro 20% no cumple con los criterios clínicos para un diagnóstico oficial, pero cometió el delito bajo los efectos de drogas o alcohol.

Estos datos reflejan que la gran mayoría de los encarcelados tiene algún grado de vínculo con el abuso de sustancias, lo que convierte a este problema en un factor estructural dentro del sistema penitenciario.

El papel del tratamiento en prisión

Décadas de estudios científicos coinciden en que el acceso a un tratamiento integral de adicciones durante la encarcelación reduce tanto el consumo de drogas como la reincidencia delictiva una vez que los internos recuperan su libertad.

Este tipo de programas no solo impactan en la reducción de delitos, sino también en la productividad laboral, la estabilidad familiar y la disminución del retorno a prisión, conocido como recidividad.

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Riesgos tras la liberación

La falta de atención adecuada dentro de los penales tiene consecuencias graves.

Los especialistas advierten que la ausencia de tratamiento favorece las sobredosis y muertes entre los liberados, un fenómeno que se repite con frecuencia en Estados Unidos.

La evidencia científica deja claro que tratar el consumo de drogas en prisión no es solo una medida de salud pública, sino también una estrategia de seguridad para evitar que el ciclo de adicciones y encarcelamientos se perpetúe en el tiempo.

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