Mississippi declara emergencia de salud pública: La alarmante crisis de mortalidad infantil que sacude a Estados Unidos
Aumento en tasa de mortalidad infantil revela problemas estructurales en el sistema de salud de Estados Unidos.

De acuerdo con CBS News, el estado de Mississippi ha dado un paso sin precedentes al declarar una emergencia de salud pública ante el escalofriante aumento en su tasa de mortalidad infantil, que ha alcanzado su nivel más alto en más de una década.
Con 9.7 muertes por cada 1,000 nacimientos vivos en 2024, esta cifra casi duplica el promedio nacional de 5.6 y revela una profunda crisis de inequidad en el sistema de salud estadounidense.
Más de 3,500 bebés han muerto antes de cumplir su primer año desde 2014, una tragedia que ha obligado a las autoridades a actuar con máxima urgencia.
Una crisis nacional con raíces en la desigualdad
La emergencia declarada en Mississippi coloca bajo los reflectores un problema nacional que trasciende las fronteras de un solo estado. Incluso en ciudades con sistemas de salud robustos como Boston, los bebés afroamericanos mueren a una tasa tres veces mayor que los bebés blancos.
Expertos en salud pública señalan que este patrón persistente demuestra los límites de enfocarse únicamente en el comportamiento individual o la atención clínica, cuando son las inequidades estructurales las principales impulsoras de estas muertes.
El Dr. Dan Edney, Oficial de Salud del estado, encapsuló la gravedad del momento:
Cada pérdida infantil representa una familia devastada, una comunidad impactada y un futuro truncado. No podemos ni vamos a aceptar estos números como nuestra realidad”.
Las causas y el impacto desproporcionado en comunidades vulnerables
Las principales causas de muerte infantil en Mississippi incluyen malformaciones congénitas, nacimiento prematuro, bajo peso al nacer y el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. Sin embargo, detrás de estas causas médicas subyacen determinantes sociales críticos.
Las disparidades raciales son abrumadoras: los bebés afroamericanos en Mississippi tienen más del doble de probabilidades de morir antes de su primer año que los bebés blancos, y estas brechas se han ampliado en los últimos años.
Medicaid: La pieza clave en la solución y el debate político
El papel de Medicaid es fundamental en esta crisis. En Mississippi, este programa financia casi 6 de cada 10 nacimientos, en comparación con aproximadamente 4 de cada 10 a nivel nacional.
Aunque el estado extendió la cobertura postparto de dos meses a un año completo, Mississippi se mantiene como uno de los 10 estados que no ha expandido Medicaid bajo la Ley de Cuidado de Salud Asequible, dejando a muchas mujeres sin seguro antes o entre embarazos.
Esta decisión política tiene consecuencias tangibles. Estados que sí expandieron Medicaid como Arkansas, Louisiana y Colorado han documentado reducciones significativas en la mortalidad infantil, especialmente entre la población afroamericana y en zonas rurales.
Un análisis nacional encontró una reducción 50% mayor en la mortalidad infantil en estados que expandieron Medicaid comparado con los que no lo hicieron.
Recortes federales y el peligro de volar a ciegas
Paradójicamente, mientras Mississippi declara la emergencia, programas federales críticos enfrentan recortes devastadores. El Sistema de Vigilancia de Evaluación de Riesgos durante el Embarazo (PRAMS), un programa de los CDC que recopila datos esenciales sobre salud materno-infantil, ha sido objetivo de eliminación.
Expertos advierten que sin estos datos, los esfuerzos para combatir la mortalidad infantil se vuelven extremadamente difíciles.
Es una ignorancia intencional recortar programas vitales de salud materno-infantil cuando tenemos crisis de salud pública tanto en mortalidad materna como infantil”, declaró un ex empleado de la División de Salud Reproductiva de los CDC despedido recientemente.
Un camino hacia soluciones concretas
El plan de Mississippi para enfrentar esta crisis incluye expandir servicios prenatales en condados sin proveedores de obstetricia, crear un sistema regionalizado de atención obstétrica y fortalecer programas de visitas domiciliarias y trabajadores de salud comunitarios. “Mejorar la salud materna es la mejor manera de reducir la mortalidad infantil”, enfatizó el Dr. Edney.
La declaración de emergencia busca reactivar una acción coordinada entre hospitales, agencias estatales y grupos comunitarios.
Más de un siglo después de que el sociólogo W.E.B. Du Bois argumentara que las altas tasas de mortalidad infantil entre familias afroamericanas reflejaban inequidades en las condiciones de vida antes que en diferencias innatas, Mississippi enfrenta el mismo desafío.
La pregunta que queda por responder es si la movilización actual será suficiente para revertir una tendencia que sigue cobrando vidas inocentes y que representa una de las pruebas más definitivas del estado de salud de una nación.
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