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Tras ser llamada “dramática” toda su infancia por evitar subir escaleras, a los 16 años fue diagnosticada con hipertensión pulmonar: La historia de Marina Jones

Ignorada por años, su cuerpo colapsó. Hoy, tras un doble trasplante de pulmón, Marina comparte su historia para que otros no callen su dolor.

ESTADOS UNIDOS.- — Desde muy pequeña, Marina Jones sintió que algo no estaba bien en su cuerpo. A los 7 años ya tenía problemas para seguir el ritmo en clases de gimnasia y a menudo llegaba tarde para evitar los ejercicios más exigentes. Conforme creció, los síntomas se intensificaron, pero sus quejas fueron descartadas.

En la escuela, cuando intentó explicar que sentía mareos y falta de aire al correr, su profesor y otros adultos la calificaron de “dramática” y le dijeron que incluso personas con problemas cardíacos podían correr. Familiares y amigos también la atribuyeron a falta de ejercicio o flojera.

“Pensé: ‘Quizá solo estoy fuera de forma. Tal vez odio los deportes’”, recuerda Marina en entrevista exclusiva con PEOPLE.

Síntomas ignorados y aislamiento social

Al llegar a los 15 años, Marina empezó a sufrir también migrañas debilitantes. Consultó varias clínicas, pero los médicos sólo le recetaban hierro o le decían que comiera más. La fatiga, los mareos y la dificultad para respirar se agravaron y Marina comenzó a evitar actividades físicas, incluso caminar distancias cortas con amigos.

“Me aislé… No sabía qué pasaba, pero sabía que algo estaba mal. Como todos pensaban que exageraba, guardé silencio”, dice.

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El diagnóstico que cambió todo

Durante una visita familiar a la universidad de su hermana, Marina se desmayó mientras subía una colina. A pesar del susto, insistió en que estaba bien, pero su madre decidió acudir con su médico.

Allí, por primera vez, Marina contó todo lo que había ocultado: la evitación de escaleras y actividades físicas, el distanciamiento de amigos e incluso fingir lesiones para evitar la clase de gimnasia.

Su médico la tomó en serio y ordenó una radiografía de tórax que reveló un corazón casi al doble de su tamaño normal, debido a años de dificultad para bombear oxígeno.

Pocos días después, llegó la confirmación: Marina tenía hipertensión pulmonar, una forma grave de presión alta que afecta las arterias pulmonares y el lado derecho del corazón, y que puede derivar en insuficiencia cardíaca.

Vivir con una bomba de medicamento y la batalla diaria

Desde entonces, comenzó un tratamiento con un dispositivo llamado Remodulin, una bomba que administra medicamentos de forma continua a través de una aguja bajo la piel.

“El dolor era constante, mi brazo se inflamaba tanto que no se podía tocar. También me salió una erupción roja que parecía rosácea, y la peor parte: no podía nadar, algo que amaba.”

Durante la preparatoria, Marina combinó el tratamiento con la vida escolar, aunque pasaba mucho tiempo en el hospital y siempre con la sombra de un posible trasplante pulmonar.

El trasplante de pulmones que salvó su vida

A los 22 años, mientras estudiaba estética, su salud se deterioró rápidamente. Durante un chequeo, el médico le informó directamente que estaba en insuficiencia cardíaca y que el trasplante era inminente.

El proceso para entrar en lista de espera duró casi dos meses. Luego de una angustiante espera y varios llamados fallidos, finalmente llegó el momento: le realizaron un trasplante doble de pulmón en una operación de ocho horas, asistida por una máquina ECMO que mantuvo la circulación y oxigenación durante la cirugía.

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Recuperación, miedo y superación

Los primeros días postoperatorios fueron extremadamente dolorosos y desorientadores. Marina sufrió delirio en la unidad de cuidados intensivos y estuvo sedada con las manos atadas al cama para evitar que se quitara el respirador.

“Despertar así, sin poder moverse ni hablar, fue aterrador. Tengo dificultades para dormir porque temo volver a sentirme atrapada.”

Con ayuda de su familia, especialmente de su hermana mayor, Marina enfrentó una cuarentena estricta, medicaciones diarias y controles constantes.

De TikTok a inspiración para miles

Durante su recuperación, comenzó a compartir su historia en TikTok, donde hoy tiene casi 650,000 seguidores. Allí muestra no solo su lucha, sino también momentos cotidianos, con humor y honestidad.

“Nunca había hablado de esto públicamente, pero los mensajes de otros pacientes me ayudaron mucho. No quería ser solo ‘la chica que tuvo cirugía’, quería mostrar quién soy realmente.”

Una nueva vida y la esperanza recuperada

Marina admite que antes del trasplante vivía con miedo y limitaciones constantes, pero ahora disfruta de una libertad que creía imposible.

“Antes me preocupaba todo: caminar, subir escaleras, salir con amigos… Ahora, esas preocupaciones casi no existen. Hace poco viajé sola a las Islas Caimán y fue increíble.”

A pesar de los cuidados permanentes para evitar el rechazo del órgano y proteger su sistema inmune debilitado, Marina mira hacia adelante con optimismo.

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