China inicia construcción de la central hidroeléctrica más grande del mundo en el Tíbet, desatando alarma regional
El megaproyecto hidroeléctrico en el Yarlung Tsangpo genera tensiones geopolíticas y ambientales.

La República Popular China ha dado inicio a la construcción de la que será la central hidroeléctrica más grande del planeta, ubicada en la región autónoma del Tíbet, sobre el curso del río Yarlung Tsangpo.
Este ambicioso proyecto, que supera los 1.2 billones de yuanes (aproximadamente 167 mil millones de dólares), ha despertado preocupaciones significativas en países como India y Bangladesh, al tratarse de una cuenca fluvial compartida vital para millones de personas aguas abajo, según BBC. La obra, conocida como la central hidroeléctrica de Motuo, fue oficialmente inaugurada durante una ceremonia liderada por el primer ministro chino Li Qiang.
Su objetivo declarado es aprovechar el potencial hidroeléctrico de una de las regiones más remotas y abruptas del planeta, en un esfuerzo por suministrar energía limpia a las áreas industriales del este de China, bajo la política estatal “xidiandongsong”, que promueve el traslado de electricidad desde el oeste hacia el este.
Un impacto que trasciende fronteras: riesgos para India y Bangladesh
El Yarlung Tsangpo, que más adelante se convierte en el río Brahmaputra al entrar en territorio indio, es una fuente de agua crucial para los estados del noreste de India y gran parte de Bangladesh.
La posibilidad de que China ejerza un control mayor sobre este curso fluvial ha generado inquietudes respecto al suministro de agua, la agricultura y la seguridad ambiental en esas regiones.
📍Organizaciones ambientalistas sostienen que la futura presa podría dañar irreversiblemente la meseta tibetana, que es uno de los principales focos de biodiversidad del país, y afectará a millones de personas río abajo. pic.twitter.com/Nsvxsn6f2q
— RT en Español (@ActualidadRT) July 22, 2025
Funcionarios indios han advertido sobre los posibles efectos de la obra en el flujo natural del río, que podrían derivar en sequías o inundaciones severas en caso de liberaciones repentinas de agua. Autoridades de Arunachal Pradesh han alertado que los pueblos indígenas, como la tribu Adi, enfrentarían riesgos existenciales por los posibles daños a sus tierras, viviendas y formas de vida tradicionales.
Por su parte, Bangladesh también ha solicitado mayor información a Beijing sobre el desarrollo del proyecto, destacando la necesidad de transparencia y colaboración entre los países ribereños.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de India ha reiterado su postura en favor de una cooperación internacional que garantice la seguridad hídrica de todos los involucrados.
Un megaproyecto con implicaciones ambientales y sociales
La construcción del embalse en la región de Motuo contempla la instalación de cinco centrales escalonadas, con túneles de hasta 20 kilómetros perforados a través del macizo Namcha Barwa. Esta zona es famosa por su compleja geografía y biodiversidad, y se encuentra sobre una falla sísmica activa, lo que aumenta la preocupación por los riesgos asociados a movimientos telúricos.
Además del impacto ecológico, también se han registrado tensiones sociales. Informes recientes indican que el gobierno chino ha reprimido protestas de comunidades tibetanas contra proyectos hidroeléctricos similares, con detenciones masivas y uso excesivo de la fuerza.
Organizaciones de derechos humanos denuncian que estas obras representan una nueva fase de explotación de los recursos naturales del Tíbet, sin una consulta previa significativa a las comunidades locales.
A pesar de que las autoridades chinas promueven el proyecto como una iniciativa para reducir la huella de carbono y fomentar el desarrollo económico en zonas rurales, los críticos consideran que los beneficios se concentran principalmente fuera del Tíbet. La mayor parte de la energía generada será trasladada a las provincias del este, dejando dudas sobre el supuesto beneficio directo para los habitantes de la región.
La competencia por los recursos hídricos y la seguridad regional
La carrera por controlar las fuentes de agua dulce en Asia se intensifica con esta nueva megaestructura. El Tíbet, conocido como “la torre de agua de Asia”, alberga las nacientes de varios de los ríos más importantes del continente. En este contexto, el dominio chino sobre el flujo del Yarlung Tsangpo refuerza su influencia estratégica sobre vecinos como India y Bangladesh, al tiempo que alimenta una competencia por recursos esenciales en una región ya marcada por tensiones territoriales.
Como respuesta, India ha comenzado sus propios planes para levantar una presa hidroeléctrica en el río Siang, una de las ramificaciones del Brahmaputra, con el objetivo de mitigar posibles impactos desde el lado chino y proteger a su población de eventuales alteraciones del caudal.
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