Jardín infantil en China buscaba promocionarse para obtener más estudiantes, pero terminó intoxicando a más de 200 niños con plomo
Niños sufren intoxicación tras consumir alimentos con altos niveles de plomo en el jardín infantil Peixin; hay ocho personas detenidas.

TIANSHUI.- Una ola de indignación ha recorrido China tras conocerse que más de 200 niños fueron hospitalizados este mes por consumir alimentos contaminados con plomo en un jardín de niños privado en Tianshui, ciudad ubicada en la provincia de Gansu, al noroeste del país.
El caso ha reavivado las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria en el país asiático y ha puesto bajo escrutinio la gestión de las autoridades locales en la protección de la salud infantil.
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Contaminación deliberada para fines de mercadotecnia
De acuerdo con The New York Times, la investigación policial reveló que empleados del jardín infantil Peixin utilizaron pigmentos industriales no comestibles para decorar alimentos como bollos de salchicha y pasteles de dátiles.
El objetivo era lograr presentaciones llamativas que luego serían fotografiadas y utilizadas para atraer a más familias al centro educativo. Las imágenes de las cámaras de seguridad mostraron a los cocineros mezclando colorantes en polvo de colores brillantes directamente con la masa.
Los análisis de laboratorio fueron concluyentes: los alimentos presentaban niveles de plomo superiores en más de 2 mil veces al límite legal de 0.5 mg/kg establecido por las normas nacionales chinas.
Detenciones y acciones legales
Como resultado del escándalo, la policía local detuvo a ocho personas vinculadas con la escuela, incluidos el director y uno de los inversionistas.
También se llevó a cabo un operativo en el centro educativo, donde se incautaron grandes cantidades de pigmentos ilegales adquiridos por internet.
Eight people have been criminally detained on suspicion of producing toxic and harmful food and two others have been released on bail pending trial, according to an investigation report of the abnormal blood lead levels among children at Peixin Kindergarten in Maiji district,… pic.twitter.com/PBJaIPPmey
— China Daily (@ChinaDaily) July 8, 2025
Las autoridades confirmaron que el jardín de niños recibió su certificación oficial recién en junio de 2022 y comenzó a operar dos meses después.
Familias cuestionan la respuesta oficial
A pesar de que las primeras denuncias sobre síntomas de intoxicación infantil surgieron el 1 de julio, algunos padres acusaron a las clínicas locales de no realizar evaluaciones médicas adecuadas. Ante la falta de respuestas, varias familias optaron por trasladarse a la ciudad de Xi’an, ubicada a más de 300 kilómetros, para obtener diagnósticos precisos.
Hasta el pasado lunes, se habían examinado 251 niños del centro. Los informes estatales confirmaron que 233 presentaban niveles elevados de plomo en la sangre. Aunque no se ha especificado el estado de salud de todos los menores afectados, se sabe que algunos aún permanecen hospitalizados.
Un tema sensible que sigue generando desconfianza
El incidente ha traído de vuelta los fantasmas de anteriores escándalos de seguridad alimentaria que marcaron a la opinión pública china, como el caso de la leche infantil contaminada con melamina o el uso ilegal de aceite reciclado.
Aunque las autoridades han implementado reformas en los últimos años para mejorar los controles sanitarios, este nuevo episodio evidencia que aún existen importantes brechas en la supervisión de los centros educativos y de alimentación infantil.
Además, Tianshui no es ajena a este tipo de tragedias. En 2006, más de 200 personas resultaron intoxicadas por plomo en la misma ciudad. Aunque nunca se dio una explicación oficial, los residentes señalaron a una fundición local como posible responsable del vertido ilegal de desechos tóxicos.
Urge una respuesta estructural
La indignación pública ha escalado en redes sociales chinas, donde miles de usuarios exigen sanciones ejemplares y reformas estructurales. El caso Peixin pone de relieve la fragilidad del sistema cuando la negligencia empresarial se combina con la falta de vigilancia efectiva.
Este escándalo no solo amenaza con afectar la imagen del sistema educativo privado en China, sino que también podría tener consecuencias políticas y sociales si no se adoptan medidas contundentes y transparentes.
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