El Papa León XIV acusa a gobiernos y grupos armados de usar el hambre como “una forma muy barata de hacer la guerra” exige acción global contra la violencia alimentaria
Pidió sanciones, cooperación internacional y justicia climática para frenar esta violencia

El hambre sigue siendo una de las mayores crisis humanitarias de nuestro tiempo. A pesar de los avances tecnológicos y los recursos disponibles, millones de personas mueren cada año por desnutrición, especialmente niños, madres y recién nacidos. Lo más alarmante es que, en muchos casos, el hambre no es consecuencia de la escasez, sino de decisiones políticas y conflictos armados.
El Papa León XIV, en un mensaje dirigido a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), denunció esta realidad como un “escándalo para el mundo”. Señaló que el hambre se ha convertido en un arma de guerra, utilizada para controlar poblaciones enteras mediante tácticas como la quema de tierras, el robo de ganado y el bloqueo de ayuda humanitaria.
La corrupción y el desvío de recursos
Uno de los puntos clave del mensaje del Pontífice es la crítica a la corrupción y al mal uso de los recursos. Mientras millones de personas sufren por falta de alimentos, los fondos que deberían destinarse a erradicar la pobreza se desvían hacia la producción y comercio de armas.
Los recursos financieros y las tecnologías innovadoras se apartan del objetivo de acabar con el hambre para ser usados en la industria bélica.
Destacó el Papa. Esta situación, según él, alimenta ideologías destructivas y debilita la solidaridad entre naciones.

El hambre como estrategia de guerra
En conflictos actuales, el hambre se ha convertido en una herramienta de control. Grupos armados y ejércitos utilizan tácticas como:
- Destruir redes de abastecimiento de agua.
- Quemar cultivos y tierras fértiles.
- Bloquear el acceso a ayuda humanitaria.
Matar de hambre a la población es una forma muy barata de hacer la guerra.
Afirmó el Papa León XIV. Estas acciones no solo agravan la crisis alimentaria, sino que dejan a comunidades enteras en condiciones de miseria extrema.
La necesidad de acciones concretas
El llamado del Pontífice no se limita a la denuncia, sino que exige medidas urgentes:
- Sanciones claras contra quienes usen el hambre como arma de guerra.
- Mayor transparencia en el uso de recursos destinados a combatir la pobreza.
- Cooperación internacional para garantizar sistemas alimentarios sostenibles.
Posponer la solución solo empeorará el problema.
Advirtió.
Es hora de pasar de las palabras a los hechos, con políticas que permitan a las personas vivir con dignidad.

El impacto del cambio climático y la injusticia social
El mensaje también aborda cómo los desastres naturales y la pérdida de biodiversidad agravan la crisis alimentaria. El Papa instó a una “transición ecológica justa” que priorice:
- La regeneración de suelos y ecosistemas.
- El apoyo a comunidades vulnerables, incluyendo pueblos indígenas.
- Estrategias coordinadas entre gobiernos y sector privado.
Sin una acción climática decidida, será imposible garantizar alimentos para una población mundial en crecimiento.
Un futuro sin hambre: ¿Es posible?
Aunque el objetivo de “Hambre Cero” para 2030 parece cada vez más lejano, el Papa León XIV recordó que la solución no está en la acumulación, sino en el compartir. Citando el Evangelio de la multiplicación de los panes y los peces, subrayó que la clave está en la solidaridad.
La Santa Sede, aseguró, seguirá trabajando por la paz y la justicia alimentaria, especialmente en las regiones más olvidadas.
No podemos dejar un legado de injusticia a las futuras generaciones.
Concluyó.
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