Arzobispo de Teherán-Isfahán: “Me enfrento a personas desplazadas, heridos y muertos; en ambos países hay muchas víctimas”

TEHERÁN.- El cardenal Dominique Joseph Mathieu, arzobispo de Teherán-Isfahán de los Latinos, lamentó lo que actualmente ocurre entre Israel e Irán y que los más afectados son los ciudadanos.

“Hoy me encuentro ante víctimas colaterales: desplazados, heridos, muertos. En ambas naciones hay numerosas víctimas civiles, tanto intencionales como no intencionales”, declaró a Vatican News.

Desde su alojamiento en el distrito 11 de Teherán, el cardenal describió una escena de aparente tranquilidad que contrasta brutalmente con la realidad.

“La conexión a internet acaba de restablecerse, el sol brilla, los pájaros cantan, las temperaturas son agradables”, relató.

Sin embargo, advirtió que se trata solo de una fachada, ya que durante la noche “la defensa aérea está más activa que nunca”, lo cual considera a la vez una señal de protección y una prueba de la vulnerabilidad local.

“Aquí no hay refugios donde refugiarse, ni sirenas que avisen con antelación de la llegada de misiles”.

Una guerra sin fronteras claras

El prelado explicó que el conflicto actual no se desarrolla en un frente convencional.

“No existe una frontera común donde puedan entrar en contacto, así que todo ocurre en el espacio aéreo, donde chocan misiles y drones”, señaló.

Según su testimonio, se trata de una guerra asimétrica en la que el espacio aéreo de distintas naciones se ve invadido de manera constante, multiplicando el riesgo para las poblaciones civiles.

Desplazamiento y temor entre los fieles

Respecto a la comunidad católica y la población local, el cardenal compartió que “ha quedado parcialmente abandonada en las zonas afectadas, mientras que muchos otros se han trasladado a partes más seguras del país”.

También mencionó que, aunque la situación se torna cada vez más delicada, algunas embajadas extranjeras han decidido esperar hasta el fin de semana antes de evaluar una evacuación completa.

“La guerra no es la solución”

El cardenal Mathieu fue enfático al condenar la violencia y la falta de diálogo: “No es la solución”, afirmó.

“Quizás sería mejor que las partes volvieran a la mesa de negociaciones. Por eso, nos comprometemos a orar intensamente”, dijo, destacando la importancia de la oración como herramienta espiritual frente al horror.

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Solidaridad en medio del sufrimiento

A pesar del sufrimiento, el cardenal agradeció profundamente el apoyo que ha sentido en estos días.

“Gracias de corazón”, expresó, asegurando que las oraciones recibidas han sido un consuelo para la comunidad.

“Oramos por ustedes, oramos por nosotros, unidos en Cristo, que salvó al mundo derramando su sangre”.

El cardenal Mathieu recordó las palabras de la Carta a los Efesios, aludiendo a la necesidad urgente de reconciliación entre los pueblos: “Ha hecho de los dos un solo pueblo”, citó, invitando a derribar los muros del odio que dividen a las naciones.

Su testimonio, desde el corazón de un territorio sacudido por el fuego cruzado, resuena como un llamado firme y humano a la paz.