Hombre de Texas fue acusado por presuntamente comprar explosivos para atacar a la policía durante las protestas en Los Ángeles

ESTADOS UNIDOS.- Un hombre de 48 años de nombre Grzegorz Vandenberg, originario de Texas, fue acusado por el Departamento de Justicia tras presuntamente adquirir explosivos con la intención de atacar a agentes del orden durante las protestas en Los Ángeles contra las políticas migratorias de la administración Trump.

El Departamento de Justicia informó que Vandenberg compró fuegos artificiales de alto poder en un centro de viajes en Nuevo México, donde manifestó intenciones violentas, según una denuncia penal presentada por fiscales federales y publicado por ABC.

De acuerdo con los documentos judiciales, Vandenberg dijo al cajero del establecimiento que tenía experiencia militar en fuerzas especiales y sabía cómo fabricar bombas caseras.

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Afirmó que se dirigía a Los Ángeles “para asistir a los disturbios con el fin de matar a agentes del orden público o funcionarios del gobierno”.

El acusado también preguntó específicamente qué fuegos artificiales contenían más explosivos y animó al empleado a unirse a él y a su “pelotón”, al que aseguró que encontraría en California.

Explosivos y arresto

Durante su visita al establecimiento, Vandenberg compró seis morteros con una carga de 60 gramos de pólvora cada uno, además de 36 fuegos artificiales de gran tamaño.

Alarmado por sus comentarios, el cajero lo siguió hasta el estacionamiento, anotó la matrícula del vehículo y contactó a las autoridades.

Las investigaciones condujeron a su detención el viernes pasado en Tucson, Arizona, donde fue arrestado sin incidentes.

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Firme mensaje de la fiscalía

El fiscal federal del Distrito de Nuevo México, Ryan Ellison, condenó el plan y reafirmó el compromiso de las autoridades con la protección de la seguridad pública.

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“Atacar a las fuerzas del orden con violencia no es protesta; es un delito”, señaló en un comunicado. “Cualquiera que intente dañar a los agentes o socavar la seguridad pública rendirá cuentas”.

Las protestas en Los Ángeles comenzaron el 6 de junio, luego de que agentes federales realizaran allanamientos en cuatro empresas acusadas de contratar a inmigrantes indocumentados y falsificar documentos laborales.

Las redadas, autorizadas por un juez federal, provocaron indignación y manifestaciones masivas en la ciudad.

Más de 500 personas han sido arrestadas desde el inicio de las protestas. El 10 de junio se impuso un toque de queda en varias zonas de la ciudad, el cual fue levantado recién el martes por la alcaldesa Karen Bass.